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Las infraestructuras en la Movilidad Aérea Avanzada (I)

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Eric Tovar

AERTEC / Airport Planning & Design

Llevamos muchos años soñando con ellos y por fin están aquí. Son los “coches voladores”. Quizás no tengan el aspecto de un utilitario sin ruedas, ni funcionan con misteriosas tecnologías que los hacen levitar sin alas ni rotores, como veíamos en Blade Runner, Star Wars o El Quinto Elemento, pero indudablemente representan un abanico de nuevas soluciones para la movilidad urbana del futuro gracias a los desarrollos de Airbus, Joby, E-Hang, Eve, Lilium o Volocopter, entre otros.

La AAM será una realidad en un corto plazo de tiempo, por lo que es precisamente ahora cuando hay que hacer un esfuerzo para que las infraestructuras garanticen la eficiencia y seguridad que se le demandará al sistema.

Es posible que llegue el día en el que todo el mundo tenga aparcado delante de su casa un VTOL, acrónimo que define una aeronave con capacidad de despegue y aterrizaje vertical (Vertical Take-Off and Landing, en inglés). Probablemente podremos desplazarnos con la misma o mayor libertad con la que usamos actualmente el coche, pero el concepto y ecosistema de movilidad aérea avanzada (AAM, o Advanced Air Mobility) que se está desarrollando actualmente nos llevan por otro camino, condicionados por la tecnología y las reglas de navegación.

Ya se contempla que será necesario crear redes con nodos donde se encontrarán infraestructuras que sirvan de interfaz de intercambio entre los usuarios sujetos a una movilidad terrestre y las aeronaves en su espacio aéreo. La representación más característica de estas infraestructuras serán los vertipuertos.

Centrándonos en el transporte de personas, debemos tener en cuenta que la AAM tendrá poco que ver con la aviación comercial actual. Se tratará de vuelos mucho más cortos con aeronaves de pequeño tamaño y capacidad limitada a entre 2 y 6 pasajeros, a baja altura, y frecuentemente sin salir del entorno urbano.

Podemos hallar seguramente más similitudes con vuelos de aerotaxi en helicóptero que existen actualmente para ejecutivos en Sao Paulo (Voom, que cesó operaciones en 2020) o Nueva York (Blade), sobre todo en lo que son requisitos técnicos para las operaciones de aeronaves, pero en AAM se deberá atender a un volumen de pasajeros y frecuencia mucho mayores que lo que actualmente atienden estos helipuertos.

Además, aunque inicialmente se contempla la presencia de un piloto humano a bordo, la tendencia más lógica a medio plazo, por seguridad, eficiencia y economía, es que los vuelos sean pilotados remotamente o que sean autónomos.

Las claves para una concepción exitosa de los vertipuertos y otras infraestructuras para AAM es que den respuesta a las necesidades de los casos de uso que empezarán a operar inicialmente. De igual forma, tratándose de un concepto de transporte que arranca desde cero, será necesario que los conceptos, sean cuales sean, se basen en una modularidad y versatilidad que garanticen su crecimiento y adaptación a las necesidades futuras.

 

Las necesidades del sector.

Aunque existen varios estudios (AERTEC, Roland Berger, KPMG, etc.) dedicados a esta novedosa forma de transporte que contemplan el desarrollo de diversos casos de uso, siempre debemos atender al contexto de cada escenario local, donde por razones geográficas, demográficas, socioeconómicas o medioambientales, habrá mayores garantías de éxito para el desarrollo concreto de algunas soluciones específicas.

Pensemos, por ejemplo, la singularidad de un territorio dividido por grandes masas de agua (un archipiélago o un gran río), sin infraestructuras que vertebren las conexiones (por la existencia de montañas o bosques), o con infraestructuras terrestres permanentemente congestionadas (como sucede metrópolis hipertróficas que han carecido de una planificación urbana acorde con su crecimiento poblacional). Todos estos serán escenarios favorables para el desarrollo de la AAM.

Si no queremos que la AAM quede en un uso marginal dentro del abanico de opciones de movilidad, debemos buscar soluciones que propicien que la AAM se vea como un avance para la sociedad, centrándonos en los siguientes aspectos.

  • Cumpliendo los más altos estándares de seguridad: La AAM debe percibirse más segura que cualquiera de los medios terrestres o marítimos existentes. Esta percepción se acentúa en los medios aéreos donde predomina la sensación de que las consecuencias de un accidente pueden tener una mayor fatalidad.
  • Usos con beneficios sociales: La sociedad puede interiorizar y aceptar con mayor facilidad la AAM si se emplea para atender servicios públicos donde las ventajas de AAM sean fácilmente perceptibles (emergencias médicas, por ejemplo)
  • Aportación de mayor valor añadido respecto a alternativas existentes: La AAM debe tener ventajas competitivas frente a los medios terrestres o marítimos en términos de coste, confort, tiempo, sostenibilidad, fiabilidad y/o seguridad.
  • Mitigando y contrarrestando externalidades negativas: Asuntos como el ruido, la protección de la privacidad individual o de la fauna avícola son sensibles para la sociedad y la AAM no debe introducir nuevos problemas que no sean compensados con amplios beneficios para la sociedad.
  • Asequible para amplias capas de población: La aceptación por parte de la sociedad de tener nuevas aeronaves sobrevolando sus cabezas y casas, poniendo a disposición suelo urbano y notable potencia eléctrica para vertipuertos, se facilita notablemente cuanta más gente tenga acceso a la AAM y la considere útil.

Por ello, algunos de los casos de uso más interesantes que se identifican en el ecosistema incipiente de la AAM son:

  • Servicio de transporte exprés a aeropuertos (airport shuttle)
  • Transporte de pasajeros a zonas remotas o difícilmente accesibles por otros medios (conectividad extendida, que puede organizarse con un servicio a demanda, o con vuelos programados)
  • Servicios de emergencias médicas (air ambulance)

Cualquiera de estos casos de uso precisa de infraestructuras que, como ya hemos mencionado, faciliten el intercambio entre el contexto aéreo y los servicios terrestres. En el siguiente post abordaremos estas infraestructuras, centrándonos en aspectos clave como la tecnología, la regulación y el que posiblemente es el mayor reto, conseguir una amplia aceptación por parte de los ciudadanos.

 

Vertipuertos

#uam

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