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Drones cautivos

Rodrigo Valdivieso

Rodrigo Valdivieso

Unmanned Aerial Systems Expert

La mayoría de las personas seguramente tendrá en la cabeza la imagen típica de un dron. Lo habitual suele ser la de un modelo de tipo multicóptero, es decir, un aparato con muchos brazos al extremo de cada cual hay una hélice que conjuntamente lo mantienen en el aire y le permiten realizar vuelos grabando imágenes por los que son tan conocidos.

Consideremos ahora ese mismo dron, pero amarrado al suelo con un hilo de, digamos 50 a 100 metros, de manera que ya no puede realizar la misión para la que se diseñó originalmente que es la de recorrer volando grandes distancias mientras graba imágenes con una cámara. Parecería que eso es contravenir la lógica de su utilidad. Sin embargo, aplicando esa restricción, el dron adquiere una nueva dimensión de uso para la que, a priori, uno no se podría imaginar que existiese utilidad práctica.

Los drones cautivos ya han demostrado su valía y son empleados en numerosas aplicaciones directas que están siendo profusamente explotadas en la actualidad.

Tener un dron amarrado al suelo impidiendo que desarrolle su pleno potencial en las actividades para las que fue creado puede parecer un contrasentido, pero en la práctica aporta principalmente dos características que cuando se analizan con detalle demuestran ser de bastante trascendencia y utilidad.

Estas dos características principales son:

  • Tiene un elemento físico que lo une al suelo.
  • Tiene una gran limitación de movimiento.

Efectivamente, si nos limitamos a verlo así, ese dron deja de tener sentido práctico ¿Qué utilidad puede tener un dron tan “impedido”?

Veamos en detalle por qué esas características se convierten en utilidades interesantes:

El elemento que ancla el dron al suelo es un cable que también puede conducir electricidad y en los casos en los que no se ha reconvertido un dron normal en dron cautivo (es decir, el dron ha sido diseñado como dron cautivo desde el inicio) el cable también sirve como conducción para las señales de control y datos del sensor embarcado en el dron. Por lo tanto, la característica principal de estar unido al suelo por un elemento físico aporta al dron dos nuevas “sub-características” únicas y tremendamente explotables.

La primera: permite ser alimentado eléctricamente de forma indefinida al mismo tiempo que sustituye el peso de las baterías por el del cable (que suele ser bastante menor que el de las baterías) y por lo tanto adquiere unas características de vuelo mucho más flexibles que en su configuración no cautiva. Esto no quita que la mayoría de los sistemas cautivos mantengan una pequeña batería de emergencia que permite hacer una toma segura en caso de que haya algún corte de la alimentación por cable.

La segunda: los datos de control y de sensor no tienen necesidad ser esparcidos por radiofrecuencia para ser recibidos por el operador, sino que también pueden viajar por el cable.

El resultado inmediato de la primera “sub-característica” es que el dron ya no tiene la limitación de la duración de las baterías para volar. Puede contar con un suministro prácticamente ilimitado de energía y por lo tanto se puede mantener en vuelo durante todo el tiempo que se necesite.

El resultado inmediato de la segunda “sub-característica” es que se vuelve prácticamente inmune a accesos o robos de datos externos porque simplemente no difunde ninguna señal que pueda ser intervenida.

La segunda característica principal (la limitación de movimiento) tiene también a su vez varias “sub-caracterísitcas” de interés:

El sistema es inheremente seguro ya que no existe la posibilidad de que salga volando sin control y cause algún daño a terceros. En principio, si se acota o se asegura el perímetro correspondiente al radio de la longitud del cable, la operación resulta totalmente segura ya que ni siquiera hace falta que los propios operadores estén dentro de ese perímetro.  

Adicionalmente la operación es tremendamente sencilla, no hace falta planificar una laboriosa ruta tridimensional con puntos de trazado que puedan cruzar zonas sensibles o con obstáculos sobrevenidos. Sólo es necesario que suba a la altura especificada y se mantenga en esa posición durante todo el transcurso de la operación.

Con todas las características mencionadas arriba, los drones cautivos ya han demostrado su valía y son empleados en numerosas aplicaciones directas que están siendo profusamente explotadas en la actualidad. En general todas las aplicaciones para las que están siendo empleados tienen el denominador común de necesitar una cámara de observación fija a gran altura (o con un punto de vista privilegiado) durante un tiempo relativamente largo y con un despliegue rápido y sencillo.

Entre las aplicaciones más habituales y difundidas están las de seguridad como, por ejemplo, la vigilancia de tráfico en zonas de alta densidad de tráfico concentradas en días concretos como fines de semana o vueltas de vacaciones. Con estos sistemas las autoridades de tráfico tienen una imagen mucho más clara de los conflictos que se van produciendo lo que les permite actuar con mayor antelación para su prevención y/o mitigación.

En grandes eventos deportivos o grandes concentraciones de personas son empleados por servicios de seguridad permitiendo una observación continuada de zonas críticas tanto durante todo el evento como en los momentos anteriores y posteriores de agrupación y diseminación de público.

En aplicaciones industriales han demostrado su utilidad por parte de empresas de ingeniería, seguros, seguridad y certificación en inspecciones de daños que requieren un tiempo relativamente prolongado de estudio de estructuras a las que es difícil llegar como fachadas altas de edificios, puentes, generadores eólicos, etc.

En el sector de defensa se emplean para mantener una vigilancia persistente desde un punto de observación aventajado e indetectable en zonas improvisadas.

En general, muchas otras actividades están recibiendo con buena aceptación esta nueva tecnología por su gran utilidad y adaptación a las peculiares circunstancias del trabajo encomendado conjugando un gran tiempo de actividad junto con una operación altamente segura.

La aplicación de los drones cautivos está ya tan definida que el sector fabricante cuenta con esta especialidad de productos como gama de soluciones claramente separada de las de vuelo sin restricciones físicas debido a su especialización.

Pero eso no es todo. Acabamos de ver cómo se consiguen nuevas aplicaciones y nuevos usos para drones que no son evidentes a primera vista cuando se limita de manera drástica la posibilidad de movimiento de un sistema cuya principal aplicación está precisamente basada en la libertad de movimientos.

Ahora vayamos un paso más allá todavía. Limitemos todavía más la libertad de movimiento del dron (en lugar de un cable de hasta 100 metros dejémoslo en sólo 10 metros) y además quitémosle la cámara de video (que es otro atributo principal de estos sistemas) …¿cuál podría ser la utilidad de un sistema que además de cojo ahora es ciego?

Pues aunque parezca increíble, ya se está explorando y trabajando en aplicaciones que sólo son posibles con este sistema tan “mermado”  …estos drones súper-cautivos con “correa corta” y encima sin cámara ya se está empleando con aplicaciones deportivas para el arrastre de personas sobre tablas de surf, wakeboard, snowboard y esquíes con la ventaja de que, al igual que antes, el paquete de baterías puede ir en una mochila a la espalda del aventurero cuando sea posible prolongando de manera drástica la autonomía del equipo. Estas creaciones permiten al surfer/wakeboarder coger olas y saltar sin necesidad de remar o de lancha remolcadora y a los esquiadores/snowboarders les permite subir pendientes sin necesidad de telesilla, hacer tramos de travesía y también saltar y salvar obstáculos. Evidentemente todavía es una práctica muy incipiente que no está regulada y como tal supone un riesgo relativamente elevado, pero ya se han registrado patentes por parte de grandes empresas, hay numerosos grupos de entusiastas probando variantes y también se han puesto en marcha una buena serie de iniciativas para empezar a hacer demostraciones experimentales.

 

Tethered drones

 

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