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Un otoño crucial para la aviación en el Reino Unido

Ed Anderson

Ed Anderson

Airport Operators Association / Chairman

 

Este otoño marcará un punto de inflexión en el sector de la aviación en el Reino Unido, ya que el Gobierno decidirá qué hacer con respecto a la saturación de la capacidad que afecta a nuestro sector.

El Primer ministro británico y su gabinete tendrán que decidir si respaldarán las recomendaciones emitidas por la Comisión de Aeropuertos en el informe final publicado este verano.

El mercado británico de la aviación es el tercero en tamaño en todo el mundo, y sus aeropuertos han prosperado gracias a la liberalización y la competencia.

Instaremos al Gobierno a que dé su apoyo al crecimiento del sector de la aviación en el Reino Unido y a que responda adecuadamente y de manera urgente a la totalidad de las recomendaciones de la Comisión, a fin de acabar con la incertidumbre, mantener el impulso actual y garantizar la tan necesitada capacidad adicional.

Además, el Gobierno debe reconocer que se tardará al menos una década en completar las nuevas pistas, por lo que debe contribuir a garantizar que se hará el mejor uso posible de la capacidad existente en todo el país, de forma que todos los aeropuertos que lo deseen puedan aumentar su capacidad. Con este fin, el Gobierno podría acelerar el proceso de planificación para estimular el desarrollo aeroportuario, así como definir un marco claro que permita la mejor utilización posible del espacio aéreo cercano a los aeropuertos, lo que mejoraría el rendimiento medioambiental y de la capacidad.

Asimismo, el Gobierno deberá tomar decisiones sobre el futuro de la tasa que pagan los pasajeros aéreos (APD, por sus siglas en inglés) en el Reino Unido. El índice global de la APD sigue siendo el más alto en todo el mundo, y es necesario reducirlo, aunque nos enfrentamos otro problema más en relación con esta tasa. Los ministros han prometido transferir al gobierno escocés el control de la APD al norte de la frontera (y es posible que lo hagan también en Gales). Durante la campaña electoral para las elecciones generales de este año el Primer ministro prometió que los aeropuertos no sufrirían un impacto negativo como consecuencia de este cambio. La manera más sencilla y más justa de cumplir este compromiso sería garantizar que cualquier reducción de la tasa que se produzca en cualquier parte del Reino Unido será aplicada, de forma inmediata, en todo el país, para que así los aeropuertos puedan seguir compitiendo en condiciones de igualdad.

Por otra parte, es posible que las decisiones que se tomen en Bruselas este otoño también afecten de manera importante al futuro de los aeropuertos británicos. La Comisión Europea ha estado llevando a cabo una exhaustiva revisión de su política sobre aviación, que afecta a los 28 Estados miembros. Hay dos temas de crucial importancia para nuestros socios: la Comisión debe resistir a la presión de algunas poderosas aerolíneas que intentan trasladar nuevos costes a los aeropuertos y también debe rechazar la presión de las aerolíneas europeas que desean introducir nuevas medidas proteccionistas frente a las aerolíneas de Oriente Próximo. El mercado británico de la aviación es el tercero en tamaño en todo el mundo, y sus aeropuertos han prosperado gracias a la liberalización y la competencia. Es vital que la Comisión siga respaldando esta manera de trabajar.

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