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Sherlock, el superperro del aeropuerto de Schiphol

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AERTEC

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Una exitosa campaña de marketing de KLM basada en un supuesto nuevo empleado, el perro Sherlock.

 

La gestión de los objetos perdidos es una tarea más en el conjunto de actividades que se llevan a cabo de forma permanente en cualquier aeropuerto del mundo. En los grandes aeropuertos internacionales incluso llega a ser un cometido que consume gran cantidad de recursos y de espacio. Como en todas las facetas de la vida, a veces, las soluciones aparentemente más curiosas pueden llegar a ser las más efectivas y, como en el caso que nos ocupa, las más entrañables.

Tomando ventaja de este aspecto de la naturaleza humana, KLM Airlines tuvo recientemente la idea de dar un «toque personal» a su equipo de Objetos Perdidos mediante el uso de un perro de ficción, de raza beagle, que casualmente responde al nombre de Sherlock. La idea detrás de la campaña era mostrar el esfuerzo de su personal en la rápida localización de los propietarios de los objetos perdidos y, si era posible, incluso hacerlo en el propio aeropuerto antes de que lo abandonaran. En la realidad, el equipo de KLM utiliza una serie de nuevas técnicas para localizar a los propietarios de los objetos perdidos como, por ejemplo, el contacto con los pasajeros a través de las redes sociales. De hecho han demostrado su buen hacer en las redes sociales con esta campaña, ya que el video se convirtió en viral en un corto espacio de tiempo.

Sherlock-videocoverLa idea del vídeo era sencilla: Utilizando la naturaleza rastreadora de esta raza de caninos, muy utilizado en las actividades de caza por sus habilidades olfativas, se procedió a entrenar a Sherlock para que pudiera seguir el rastro de los dueños de esos objetos que son olvidados ocasionalmente por los pasajeros tanto en los aviones como en la terminal aérea. De hecho, tras el aterrizaje de cualquier aeronave, la tripulación hace una inspección rigurosa de la cabina para comprobar si todo está en orden o si alguien ha olvidado alguna cosa. Si aparece algún bien personal se solicita la presencia de Sherlock, el cual lo olfatea e inicia un rastreo que, en la mayoría de los casos, evita que el objeto en cuestión termine almacenado en una remota estantería.

Lo que inicialmente parecía una idea romántica, resultó ser de una gran efectividad. El pequeño Sherlock no solo ha rastreado y encontrado a los propietarios de teléfonos, bufandas, peluches, bolsos, gorras o carteras, sino que se ha convertido en una atracción en el propio aeropuerto. Sherlock se convirtió en poco tiempo, gracias a las redes sociales, en el empleado más famoso de la compañía aérea KLM, que es la que tuvo la idea de poner en marcha esta iniciativa.

Muchas de las personas que utilizan las terminales de Schiphol para sus vuelos esperan encontrarse con el perrito que, con una mochila azul a sus espaldas en la que porta cualquier propiedad momentáneamente extraviada, corre a la búsqueda de un viajero al cual, sin duda, arrancará una sonrisa cuando le entregue su mercancía. Lamentablemente todo resultó ser una campaña de marketing, aunque muy exitosa.

En resumen, a pesar de la decepción de muchos al conocer que Sherlock no existía realmente, la campaña resultó ser un gran éxito. Después de todo, la compañía KLM se ha asegurado con esta iniciativa una importante visualización de su marca en todo el mundo, gracias a las nuevas tecnologías. Ahora, sin embargo, ya son muchos los aeropuertos y compañías aéreas de todo el mundo que están estudiando iniciativas como la del perro Sherlock.

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