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Puertas para hangares: ingeniería y clientes

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Javier Valverde

AERTEC / Airport Planning & Design

 

El ámbito de la ingeniería impone la búsqueda de las soluciones que mejor se adapten a los requerimientos particulares de cada proyecto.

Para instalaciones industriales altamente especializadas, el cliente suele ser el mayor experto en los procesos de explotación que se llevarán a cabo. Ahora bien, cuanto más nos alejamos su ámbito habitual de trabajo, mayor deberá de ser el guiado de la ingeniería en la toma de decisiones.

En el caso en concreto del desarrollo de un hangar de mantenimiento de aeronaves, uno de los elementos que se encuentran en la frontera entre las operaciones (cliente) y las infraestructuras asociadas a estas (ingeniería) son las puertas de acceso al hangar.

En el mercado hay fundamentalmente dos tipos de puertas para hangares: de hojas correderas y flexibles de apertura vertical. Evidentemente cada tipo presenta ventajas e inconvenientes, se deben analizar las ventajas e inconvenientes que el uso de una u otra tendrían en:

En ocasiones, el cliente pretende optar por aquella solución que conoce, sin llegar a plantearse si se ajusta plenamente a sus necesidades, ni analizar las prestaciones de otro tipo de soluciones

– La edificación: se debe considerar la mayor ocupación de planta (huella) de las correderas. No es tanto el impacto en coste (la luz no varía) como la posible reducción del área efectiva de trabajo en caso que haya restricciones en la ocupación de la parcela. Asimismo, se debe prever un cajón de almacenamiento que, además del evidente aumento del coste de estructura y cerramiento, condiciona el aspecto estético del edificio.

– Las condiciones interiores: estos son uno de los criterios de elección más importantes, una puerta corredera permite la utilización de paneles aislados lo que redunda en un mejor coeficiente de transmisión global del edificio, lo que tiene su impacto en el confort interior del hangar. Por su parte, las puertas verticales destacan por su alto nivel de estanqueidad, lo que reduce la entrada de polvo y las infiltraciones de aire con todo lo que ello conlleva cuando se realizan labores de mantenimiento.

– La operatividad: la velocidad de apertura se debe de considerar el número de operaciones de entrada y salida de aeronaves que van a tener lugar, lo que normalmente esté relacionado con el nivel de mantenimiento objetivo de la instalación. En este sentido, cuanto mayor sea la puerta, las de tipo flexible vertical presentan mayores ventajas. Además, al tener apertura de hojas independientes permite el paso de vehículos a una zona u otra del hangar.

En ocasiones ocurre que, debido a experiencias previas consideradas satisfactorias, el cliente pretende optar por aquella solución que conoce, sin llegar a plantearse si se ajusta plenamente a sus necesidades, ni analizar las prestaciones que otro tipo de puerta pudiera proporcionarle. La ingeniería debe, pues, plantear estas y otras cuestiones al cliente en la toma de decisión sobre el tipo de puerta a instalar.

Engineers and clients

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