La industria aeronáutica tiene la doble cualidad de ser muy artesanal a la vez que altamente tecnológica. Se trata de una dualidad difícilmente perceptible para quienes no conocen el sector. Es artesanal por cuanto la cadencia de producción es lenta y requiere de un elevado nivel de detalle en casi todos los procesos. Pero también es muy tecnológica e innovadora dado que constantemente se dedican grandes inversiones a investigar sobre nuevos materiales, soluciones y técnicas que permitan optimizar tanto la fabricación en sí misma como la funcionalidad de las aeronaves.
Podríamos estar frente a un abanico inmenso de posibilidades para una nueva generación de aeronaves y sistemas de transporte.
Una de las claves está en los materiales, tanto el uso más eficiente de los que ya conocemos como en la investigación de otros nuevos. Forma parte del negocio.
A finales de 2015 la compañía Boeing presentó un nuevo material (estrictamente hablando deberíamos referirnos más bien a una innovadora estructura) que podría ser el más ligero del mundo. Ahora se trata de un grupo de científicos de la Universidad de Oxford quienes han desarrollado un nuevo material en toda su dimensión.
Ha sido llamado oficialmente “Endohedral Fullerene” y forma parte de la familia de los carbonos endohedral fullerenes. Se trata de un compuesto de moléculas esféricas de carbono que contienen átomos de nitrógeno, para ser exactos de 60 átomos de carbono y uno de nitrógeno.
Entre las aplicaciones más inmediatas que se están barajando están la creación de relojes atómicos diminutos (hasta la fecha, con la tecnología disponible, son enormes) e incluirlos dentro de los dispositivos de tecnología móvil, GPS y comunicaciones. También se está estudiando la posibilidad de incluirlos en vehículos autónomos, convirtiéndolos en instrumentos mucho más precisos para la determinación del tiempo y posiciones (incluso milimétricas) según han afirmado al periódico británico “The Independent”,
Según los científicos de la universidad de Oxford que han creado este material, el problema que presenta el Endohedral Fullerene es el precio tan elevado que tiene. Ni más ni menos que 145 millones de dólares por cada gramo. Afirman, eso sí, que si pudieran seguir con sus estudios, el precio del mismo podría bajar considerablemente, ya que el uso y el potencial de sus aplicaciones en la industria constituiría una revolución absoluta, creando una demanda elevada para el futuro.
Kyriakos Porfyrakis, uno de los desarrolladores del Endohedral Fullerene, afirma que el siguiente paso para la revolución en mercado de los móviles sería este desarrollo: “Imagina tener un reloj atómico miniaturizado que podrías llevarlo en tu Smartphone”.
Pero ahora soy yo, quien volviendo al campo de la aeronáutica y contando con que las virtudes de este material se confirmen, presiento que podríamos estar frente a un abanico inmenso de posibilidades para una nueva generación de aeronaves y sistemas de transporte. Por poner varios ejemplos, sería un paso de gigante para la automatización de las aeronaves gracias a la precisión milimétrica de los dispositivos GPS, incluso permitiría crear redes de aviones automatizados con la necesidad de tan solo un piloto.
De momento hablamos tan solo de un magnífico descubrimiento, pero quien sabe en cuanto tiempo podríamos estar hablando de un nuevo tipo de concepción para la industria aeroespacial.