Retrocedamos hasta el verano de 1999. Fue el verano de MATRIX, aquella película que describió un futuro distópico, donde las máquinas se habían apropiado de la humanidad a través de la inteligencia artificial.
El caso es que 23 años después, a finales de 2022, se presentó en sociedad ChatGPT, ese interfaz que te permite interactuar con un “robot” que responde todo aquello que le preguntes o le solicites. De hecho, fue la primera experiencia real y directa que muchos usuarios han tenido con la inteligencia artificial. Cierto es que sus respuestas aún son mejorables y que el ser humano puede ofrecer hoy en día una réplica más razonada y contextualizada. Sin embargo, la inteligencia artificial tiene a su favor una capacidad de análisis muy similar siendo, sin duda, mucho más rápida. Y esto sería soló un adelanto de lo que nos espera en los próximos años.
La IA está revolucionando la industria aeronáutica al mejorar la eficiencia operativa, aumentar la seguridad, reducir costos y ofrecer experiencias mejoradas tanto para las aerolíneas como para los pasajeros.
Por las informaciones y novedades que esporádicamente van apareciendo, podemos deducir que su avance está siendo a pasos agigantados. Además, lo más incierto para el ser humano es que estamos hablando de un gigante silencioso, pues apenas tenemos certezas sobre el estado real de la tecnología o qué campos son los que ya abarca de los que nos afectan diariamente.
La realidad es que la inteligencia artificial se está expandiendo a todas las industrias, incluida la aeronáutica, planteando todavía algunas interrogantes e inquietudes ligadas en general al desconocimiento sobre su alcance y control. Intentemos analizar si es un riesgo o si, como es deseable, viene para ayudarnos y ser nuestra colaboradora.
Primero, para entender como revolucionaría el mundo industrial, tengamos presente que la inteligencia artificial analiza datos de forma precisa para ofrecernos una respuesta concreta. A partir de aquí, existe un sin fin de posibilidades sobre cómo esta tecnología facilitaría realizar cada tarea concreta. Desde ayudar a los pilotos durante el vuelo, ofrecer una respuesta más rápida sobre procesos industriales, prevenir fallos en determinados procesos o disminuir el factor del error humano.
En el plano más estrictamente laboral, la inteligencia artificial producirá, sin duda, destrucción de empleo. Pero igual que sucedió durante la revolución industrial que se originó a mediados del siglo XVIII, existe la certeza de que el empleo que va a generar será mayor. Eso sí, gran parte de esos nuevos puestos de trabajo obligarán a mejorar la cualificación de los empleados, lo cual siempre es deseable desde el punto de vista sociolaboral.
En el ámbito específico del sector aeronáutico, la inteligencia artificial está desempeñando un papel cada vez más importante, transformando la forma en que se diseñan, fabrican, mantienen y operan aeronaves. Veamos algunas áreas clave en las que la IA está impactando esta industria
- Diseño y simulación: La IA puede ayudar en la creación de modelos de diseño más eficientes y aerodinámicos. Alimentada por algoritmos de aprendizaje automático, la IA puede analizar datos y simular diferentes condiciones para encontrar soluciones óptimas de diseño.
- Innovación en diversos campos: La IA se utiliza en la investigación y desarrollo de nuevos materiales, tecnologías y sistemas que impulsan la innovación en la industria aeroespacial.
- Mantenimiento predictivo: La IA se utiliza para analizar datos de sensores en tiempo real de las aeronaves y predecir cuándo es probable que se produzcan problemas técnicos. Esto permite un mantenimiento proactivo y reduce el tiempo de inactividad no planificado.
- Detección de anomalías en tiempo real: La IA puede identificar comportamientos anómalos en los sistemas de la aeronave en tiempo real, lo que ayuda a prevenir accidentes y mejorar la seguridad.
- Inspección y mantenimiento de aeronaves: Drones equipados con sistemas de visión por computadora y algoritmos de IA pueden inspeccionar de manera autónoma la estructura de las aeronaves en busca de daños o desgaste.
- Entrenamiento de pilotos: La IA se utiliza en simuladores de vuelo avanzados para entrenar a pilotos en una variedad de situaciones y escenarios, incluidas emergencias. Esto mejora la seguridad y la preparación de los pilotos.
- Interacción humano-máquina: Los sistemas de asistencia y automatización en la cabina de mando se benefician de la IA para proporcionar y analizar información en tiempo real, tomar decisiones y asistir a los pilotos en situaciones críticas.
- Optimización de rutas y operaciones: Las aerolíneas utilizan IA para optimizar las rutas de vuelo, la gestión del tráfico aéreo y la programación de vuelos. Esto ayuda a reducir el consumo de combustible, minimizar los retrasos y mejorar la eficiencia general.
- Control de tráfico aéreo: La gestión del tráfico aéreo también está siendo optimizada mediante IA para coordinar y dirigir eficientemente los vuelos, especialmente en áreas con tráfico congestionado.
- Personalización de la experiencia del cliente: Las aerolíneas pueden utilizar la IA para analizar las preferencias y el comportamiento de los pasajeros y ofrecer servicios personalizados, desde la selección de asientos hasta opciones de entretenimiento a bordo.
En conjunto, la IA está revolucionando la industria aeronáutica al mejorar la eficiencia operativa, aumentar la seguridad, reducir costos y ofrecer experiencias mejoradas tanto para las aerolíneas como para los pasajeros.
También hemos de tener en cuenta que hay algunas aplicaciones de la IA en la aeronáutica que requieren de aceptación social por parte de los usuarios, bien sean trabajadores de la industria, pilotos o pasajeros, entre otros. Ese sería el punto de inflexión de esta revolución. Mientras el conocimiento sobre la tecnología sea mayor, sus beneficios sean más evidentes y los detractores y temerosos disminuyan, su aceptación será un hecho.
Estamos acostumbrados a que en la toma de decisiones por parte del ser humano suelen intervenir la cabeza y el corazón. Es cierto que en el caso del uso de la inteligencia artificial sería como si solamente utilizásemos la cabeza… aunque con una capacidad infinitamente mayor y con una velocidad incomparable. Pero no perdamos de vista que el ser humano siempre deberá estar ahí, en última instancia, para aplicar un poco de corazón cuando lo requiera la toma de decisiones. O, al menos, sería lo deseable.