Cielos plagados de drones transportando paquetes de casa en casa, pequeños aviones tripulados para ir de un sitio a otro por el aire, aeropuertos verticales en los propios bloques de viviendas… Parece ciencia ficción, pero está mucho más cerca de lo que nos pensamos. La tecnología ya existe, hay empresas fabricando los aparatos y en este 2023 se aprobará la normativa europea que permitirá, por ejemplo, el envío de mercancías mediante drones.
Ana Pérez es la Jefa de Planificación y Certificación de Aeropuertos de la empresa aeronáutica AERTEC. Ha participado en la mesa redonda sobre Movilidad Aérea Avanzada (AAM) en el XII Foro Europeo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Transfiere), junto a directivos de EHang, Aena o la DGT, entre otros, y ha concedido una entrevista a EL ESPAÑOL de Málaga.
¿Qué es la movilidad aérea avanzada?
Es una solución sostenible para el transporte de pasajeros y de carga mediante vehículos de aterrizaje y despegue vertical eléctricos con o sin piloto. Todos los cambios en los medios de transporte siempre han tenido una gran implicación en la sociedad. Al principio del siglo XIX, cuando aparecieron los coches, casi nadie tenía uno y ahora la mayoría de las familias tienen dos. Hace cien años, cuando empezaron los vuelos comerciales, volar era un lujo al alcance de muy pocos y ahora todos volamos. Esas mejoras se quedan en nada con los cambios revolucionarios que van a suponer la movilidad aérea avanzada.
La idea es poder movernos en entornos urbanos e interurbanos volando, al principio con piloto y luego sin él, de forma más rápida, más segura, más sostenible y más silenciosos.
Hay dos aspectos. Por una parte está el transporte de carga y, por otra, el de personas. Empezando por el primero. ¿Cuándo veremos drones llevando paquetes a las casas en España?
El desarrollo depende del vehículo y del espacio aéreo. Para carga ya hay vehículos certificados y en el espacio aéreo en 2023 vamos a tener la normativa que va a permitir compatibilizar el uso del espacio aéreo para aeronaves no tripuladas, drones de mercancías, con los aviones normales. De hecho, ya hay empresas que tienen sus pruebas piloto en distintos países. Una de ellas es Wing, que tiene ya 300.000 drones de delivery y diez localizaciones en Finlandia, Estados Unidos y Australia. Ya están haciendo esas operaciones. En Europa será a partir de 2023 con la aprobación de esa normativa.
O sea que este mismo año ya habrá reparto aéreo de paquetes por drones en España y Europa.
Sí. Wing, por ejemplo, ha entregado su paquete más rápido en dos minutos y 37 segundos en esas pruebas que hablamos. Esa empresa tiene una aplicación como puede ser la de Glovo, pides algo y te lo mandan de forma rápida porque al ser por el aire te ahorras atascos.
¿Cómo llevarán los paquetes a los bloques de vivienda?
El dron lanza una cuerda con el paquete y el cliente lo desengancha y lo coge. Ahora mismo en Estados Unidos y en Australia los están mandando a domicilios privados, pero en Finlandia ya están permitiendo entregas en sitios públicos como parques porque se ha verificado que es seguro.
¿Cómo se va a regular el uso del espacio aéreo en esa normativa europea para que no haya interferencias con miles de drones volando entregando paquetes?
Se van a definir distintos niveles. Paquetería será el nivel más bajo de altura, carga un nivel medio, emergencias en otro y se deja para las aeronaves tripuladas los niveles superiores. Ahora se estratifica el espacio aéreo desde el nivel más alto hacia abajo.
Hablemos ahora de los vehículos aéreos para personas. ¿Cuándo podrán estar operativos?
La previsión de la Agencia Europea de la Seguridad Aérea (Aesa) es que para las Olimpiadas de París en 2024, el año que viene, ya se puedan ver los primeros taxis aéreos. Al principio serán tipo Uber, pero se pretende que se estandarice y que a partir de 2030 se usen de forma privada.
¿Cómo funcionaría el taxi aéreo?
Se podría comparar con el uso de un helicóptero en grandes ciudades como Nueva York o Dubai, donde la gente con alto poder adquisitivo va desde su helipuerto hasta el aeropuerto o de helipuerto a helipuerto. Al rebajarse los costes, este servicio va a estar disponible para más personas. Se podrá llegar, por ejemplo, en un avión desde París a Málaga y en lugar de ir a Marbella en coche por carretera se podrá ir en un dron en diez minutos. Y al final lo acabará usando todo el mundo al salir de su casa como vehículo privado.
A ver si va a haber al final más atascos en las autovías aéreas que en las terrestres.
(Se ríe). Lo bueno es que en el aire no hay los obstáculos que tenemos en la tierra con los edificios, las montañas, etcétera y la capacidad es mayor por lo que sería más sencillo.
Ya hay empresas como EHang, entre otras, que están fabricando estos coches aéreos.
Sí y son vehículos que están a un paso de ser certificados para su uso. En un principio van a ser con piloto y el objetivo es que finalmente sean vehículos totalmente autónomos como los drones para el delivery. La tecnología ya existe pero para reducir el riesgo a cero hay que certificar esas aeronaves.
Valdrán un dineral.
Sí, pero pasará como, por ejemplo, con los teléfonos móviles. Al principio no los tenía nadie y eran muy caros y hoy los tienen hasta los niños. Cada vez el ciclo de innovación es más corto.
Suena todo a ciencia ficción, pero me comenta que se verá a corto y medio plazo.
Sí. Lo que nos viene en los diez o quince próximos años es espectacular.
Hay que construir vertipuertos para que los coches puedan despegar y aterrizar. ¿Cómo se van a hacer?
Sí. Hay tres patas en esto. Una es el vehículo, otra el espacio aéreo y una tercera es la infraestructura específica necesaria para estos vehículos. Habrá distintos tipos de vertipuertos en función del tamaño y la ubicación. Habrá cerca de los aeropuertos con plataformas más grandes y otras más pequeñas en los puertos, en hoteles o en palacios de ferias. Y luego pasaremos a los que tengamos en nuestras casas.
Estoy pensando en los grandes edificios de bloques de viviendas. Hacer estos vertipuertos requerirá un gran cambio de mentalidad y urbanístico a la hora de planificar las ciudades.
El reto de la arquitectura va a ser no solo que los edificios sean bonitos sino que hay que hacer una planificación urbanística de la ciudad. Hay que configurar las ciudades para que pueda haber vertipuertos, un paso más dentro de las ciudades sostenibles. Antes los edificios tenían las azoteas para tender la ropa y donde había algún trastero. Era la parte menos noble. Se hizo el cambio arquitectónico y ahora las partes de arriba son los áticos con vistas y terraza donde se vive y se disfruta. El siguiente paso va a ser pensar en los vertipuertos. En las casas individuales lógicamente será mucho más sencillo. El reto está en las colectivas.
Entrevista realizada por Ángel Recio, diario «El Español» (ver artículo original)
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