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Diseño del Servicio de Extinción de Incendios en los aeropuertos

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Alejandro Martin

AERTEC / Airport Planning & Design, Architecture

En alguna ocasión usted los habrá visto y quizá se haya preguntado si los bomberos en un aeropuerto funcionan de igual manera a cómo lo hacen en el Parque de Bomberos de su ciudad. Si es un viajero habitual incluso los habrá visto simulando cómo extinguir un fuego provocado en una vieja aeronave cuyo fuselaje se utiliza para tal fin.

Seguro que también recuerda alguna imagen de los cañones de agua dibujando un arco sobre un avión que acaba de aterrizar, ya sea para celebrar un acontecimiento deportivo o para inaugurar una determinada ruta aérea.

El correcto diseño y disposición de este equipamiento es imprescindible para la certificación de la infraestructura y la autorización de operaciones en un aeropuerto.

Puede que, si es muy observador, cuando su avión está a punto de despegar, los vea haciendo ejercicio físico con intensidad junto al edificio en el que se guardan sus reconocibles vehículos contra incendios.

Incluso si es asiduo de algún aeropuerto donde la nieve suela ser protagonista, pueda verlos con las máquinas quitanieves retirando el blanco elemento de calles de rodaje o de la propia pista de vuelos.

Y, desde luego, si se dedica a este negocio de diseñar aeropuertos, con toda seguridad se habrá reunido en algún momento con algún oficial del cuerpo de bomberos, ya que su aportación en cómo disponer ciertos elementos y cómo simular su operación en caso de emergencia, es esencial para llegar a resolver de manera adecuada ese diseño.

Hablamos lógicamente del Servicio de Extinción de Incendios (SEI), también conocido como Estación de Rescate, Combate al fuego o sencillamente Edificio contraincendios del aeropuerto.

Pero ¿cómo se afronta el diseño de estos edificios? ¿Cuáles son los elementos que lo componen? ¿Por qué suelen tener el mismo aspecto allá por donde uno vuele?

En el presente post aportamos nuestra visión sobre todo ello, presentando los aspectos que están regulados y aquellos que, de algún modo, únicamente dependen del diseñador.

 

¿Cómo de diseña un SEI?

Regular la actuación del servicio de extinción de incendios en caso de accidente o posible emergencia, evidentemente está sujeto a una precisa y exigente normativa. El correcto diseño y disposición de este equipamiento es imprescindible para la certificación de la infraestructura y la autorización de operaciones en un aeropuerto. Es por ello por lo que la OACI determina qué elementos debe contener un SEI en función de la categoría del aeropuerto. Y este aspecto – la categoría- a su vez, viene dado principalmente por la tipología de aeronave que puede operar en el aeródromo.

Los elementos que regula la categoría de un SEI son esencialmente cuatro:

  • El número de vehículos de emergencia que debe tener operativos.
  • El volumen de agente extintor disponible para los vehículos y su recarga en operaciones de emergencia.
  • La dotación de bomberos para las que deben estar dimensionadas y diseñadas las instalaciones.
  • Y, por último, el equipamiento que dicha dotación debe tener disponible en el edificio en todo momento.

Así pues, estos son esencialmente los elementos que se deben considerar a la hora de diseñar un edificio de esta naturaleza. Veamos cómo.

 

Ubicar el SEI

En primer lugar, es determinante estudiar de manera precisa la ubicación del SEI. Desde el punto de vista normativo, en caso de emergencia, a los vehículos de emergencia no les debe tomar más de 3 minutos alcanzar el punto más lejano del campo de vuelos. De manera ideal ese período de tiempo no debería superar los 2 minutos. El punto más alejado suele ser el extremo de la pista, en ambas cabeceras, por lo que habitualmente suele buscarse un punto intermedio entre ambas.

Adicionalmente hay que considerar la conexión rodada directa entre el área de estacionamiento de los vehículos con la propia pista por medio de un vial de acceso a ésta lo más franco posible, evitando rutas o giros innecesarios.

En el apartado de la ubicación del SEI igualmente hay que considerar la visibilidad. Se debe garantizar la observación de todo el campo de vuelos y de la mayor parte del área de movimiento del aeropuerto. Por lo general se diseña un punto alto en el edificio en el que disponer un COA, Centro de Observación Aeroportuaria, lugar en el que se debe identificar, si no se ha hecho con anterioridad, un posible incidente.

 

Equipar el SEI

La volumetría y organización general del SEI en gran parte vienen determinados por el número de vehículos que debe albergar y por su equipamiento.

Los vehículos ocupan el espacio más significativo del edificio, resguardados del exterior. Por lo general, esta pieza es la que se “coloca” en primer lugar, ya que de su correcta localización dependen en gran medida los aspectos explicados con anterioridad. Por su conexión con el vial de acceso al campo de vuelos, pero también – si es que la operación se realiza recargando el vehículo con agente extintor- por la maniobra que estos deben hacer alrededor del edificio para realizar la operación de recarga.

Por otro lado, cómo es lógico, la “nave” que acoge a los vehículos de emergencia debe estar correctamente dimensionada para albergar tantos vehículos como exija la normativa en función de su categoría. De manera adicional, las buenas prácticas aconsejan disponer algún puesto más o al menos, asegurarse de que la nave puede ser ampliada de manera sencilla en el futuro. Además, alguna de las bahías de estacionamiento debería estar equipada con un foso para posibles labores de mantenimiento de los vehículos.

De los vehículos dependen en gran medida las labores de emergencia. Su correcto número, estado, disposición y maniobra son críticos para ello.

El siguiente elemento de preocupación, una vez ubicado el edificio y dispuesto el “garaje”, suele ser equiparlo correctamente. Este aspecto tiene, a su vez, una doble vertiente:

Por un lado, el equipamiento de la dotación de bomberos y por otro, el de los vehículos en relación con su actividad.

Firefighting services airportPara el primero de ellos, es esencial almacenar correctamente todos los elementos propios de las labores del bombero. Para ello deben ser fácilmente accesibles, estar ubicados en lugares correctamente dimensionados y proporcionar cobijo y una correcta conservación a todos estos elementos. Nos referimos a trajes, bombonas, elementos mecánicos, etc.

Para el segundo, el protagonista es el agente extintor. En función de que producto sea, debe almacenarse de un modo u otro. En este apartado es esencial, por un lado, el volumen y por otro, la disposición para que las maniobras de recarga se puedan realizar de manera ágil y segura. Una de las formas más comunes de hacerlo es proyectar un depósito elevado junto al SEI, estudiando cuidadosamente el movimiento de los vehículos en las mencionadas maniobras de recarga.

Y, por último, en el aspecto de equipamiento, cómo es lógico el edificio debe contar con las estancias adecuadas para que la dotación de bomberos pueda realizar sus labores, tanto de emergencia como cotidianas de manera adecuada. Esencialmente son 4: la gestión de la operación, la formación y el entrenamiento, el descanso y, por supuesto, la operación de emergencia.

Son esta las estancias que apoyan a la guarda de vehículos y al equipamiento del SEI. Oficinas, salas de formación, espacios para el entrenamiento físico, vestuarios y áreas de descanso vienen a “cerrar” el diseño de este edificio.

Curiosamente estas áreas, las que mayor uso presentan y en las que los bomberos pasan cientos de horas al año, son las que presentan una menor regulación y mayor componente “local”. Por ello, nos detendremos en ellas al final de este artículo.

Vehículos, equipamiento y personas son las que nos ofrecen las claves para la correcta disposición “funcional” de todas las estancias del SEI. Pero hay otros aspectos que deben estar presentes en un “buen proyecto”.  

 

Conectar el SEI

Por fortuna las ocasiones en las que se presenta una emergencia en un aeródromo son muy contadas. Pero cuando esta circunstancia se presenta, la rápida intervención de los servicios de emergencia es esencial para evitar, o al menos minimizar, el impacto que esta situación pueda tener fundamentalmente sobre las personas (pero también, lógicamente, en aeronaves e infraestructura). Para ello es fundamental contar con unas robustas instalaciones que garanticen el perfecto funcionamiento de todo el proceso. Y, por encima de todas, la comunicación.

Como ya se ha mencionado, el papel del COA es crucial para alertar de una emergencia. O, en el sentido contrario, la voz de alarma emitida por el centro de operaciones del aeropuerto o por la torre de control debe llegar de manera inequívoca y directa al SEI. Es por ello por lo que el diseño del sistema de comunicaciones es uno de los puntos críticos de un proyecto de esta naturaleza.

Pero, de igual modo, todos los demás servicios deben estar garantizados en el SEI. Es por ello por lo que disponer de dobles acometidas de electricidad o agua es una medida habitual en este tipo de proyectos.

Bajo ningún concepto el sistema puede permitirse un fallo eléctrico, de suministro de agua o de comunicación en este edificio. Por lo que pensar caminos alternativos de estos elementos en caso de cualquier eventualidad, es imperativo en el diseño de un SEI.

 

Humanizar el SEI

Los aspectos descritos hasta aquí, en su gran mayoría, están regulados, son de obligado cumplimiento. Si el diseñador atiende a la normativa, cómo evidentemente debe hacer, le vienen dados. Pero quedarse únicamente ahí, en nuestra opinión es un error, porque el SEI es el lugar donde pasan mucho tiempo una serie de profesionales que, además de entrar en acción en caso de emergencia, deben entrenar, convivir, descansar y, de algún modo, también aburrirse durante períodos muy largos de tiempo.

El diseño del SEI está gobernado casi al 100% por una circunstancia que apenas se produce en la realidad. Por eso, una vez garantizados todos esos aspectos, se debería pensar obligatoriamente en el confort de sus usuarios. Y no es de recibo atender únicamente a los aspectos normativos que regulan la actividad en caso de emergencia, mientras que nos olvidamos del 99,9% restante del tiempo que han de pasar allí “nuestros protectores”.

Con demasiada frecuencia visitamos edificios de extinción de incendios pensados “únicamente” para los vehículos y su importante carga, pero muy poco para el bombero. Con condiciones de habitabilidad y descanso muy dudosas. Con espacios improvisados para su entrenamiento. O con nulo o deficiente equipamiento “no esencial”.

Salas de descanso amplias, bien equipadas, ventiladas y con correcta iluminación, Espacios de trabajo igualmente orientados hacia una iluminación adecuada, con espacios para la concentración personal pero también para el trabajo en grupo. Pequeños gimnasios en los que entrenar adecuadamente, no sólo hacia el interior, sino también en el exterior con lugares adecuados para ese entrenamiento.

Así pues, una orientación adecuada de las estancias “no críticas”, unas buenas condiciones acústicas y térmicas que permitan la actividad de cada espacio y una arquitectura agradable son la mayor garantía para tener a estos profesionales listos para que, ojalá, nunca tengan que hacer su trabajo.

 

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