En pleno siglo XXI la tecnología avanza a pasos agigantados convirtiendo en muchas ocasiones la ficción en realidad de la noche a la mañana. El manejo de una pizarra virtual llena de información como aparece en algunas películas (Ironman, Avatar…) es uno de estos casos. Es lo que se denomina, según que casos, realidad aumentada y realidad mixta, aunque de momento… necesitamos unas gafas para poder hacerlo.
Las experiencias industriales realizadas con la realidad aumentada muestran mayoritariamente un incremento de la precisión, más rapidez en las tareas, menos fatiga del operario y, sobre todo, la casi desaparición del error humano.
Las gafas de realidad aumentada y realidad mixta son un interfaz, a través del cual, se pueden visualizar elementos virtuales sobre la realidad física que nos rodea. Por ejemplo, en nuestro entorno de trabajo podríamos ver cómo debería quedar la instalación de un objeto antes de realizarla. La zona de trabajo sería el mundo real, mientras que la instalación es la visión virtual que se sobrepone a esta.
El proceso que nos permite hacer esto no es sencillo, ya que hay que realizar una programación en el dispositivo que es requerida para cada tarea concreta. Para ello, se utiliza el reconocimiento de imágenes, como puede ser un código QR ubicado en un lugar estratégico, con el objetivo de tener unos puntos de referencia que permitan posicionar los elementos virtuales correctamente tras determinar su posición a través de cálculos matemáticos. También existe la posibilidad de usar las gafas de realidad aumentada sin marcadores, pero es un proceso más complejo que implica un mayor índice de error, por el momento.
Se trata de una tecnología que lleva pocos años con nosotros y todavía está desarrollándose para diferentes industrias. De hecho, en la industria se está apostando fuertemente por ella gracias a las ventajas que aporta al realizar una tarea, incrementando la precisión, la velocidad de ejecución de las tareas y, sobre todo minimizando el error humano.
La compañía tecnológica Microsoft está siendo una de las empresas pioneras en desarrollar dispositivos que permitan acceder a esa realidad aumentada. Para ello lanzó hace unos años un dispositivo holográfico autónomo bautizando como HoloLens. Su creador, Alex Kipman, echa mano de la prudencia en lo relativo a la aceptación de este tipo de dispositivos, recalcando que al igual que sucedió cuando surgieron las tablets, el ser humano necesita un tiempo para aceptar y adaptarse a estos nuevos e innovadores dispositivos. También cree que una vez llegado el momento en que se extienda su uso más allá de la industria, esto significará un antes y después en el uso del móvil y los ordenadores que conocemos actualmente.
En el sector aeronáutico, el uso de las gafas de realidad aumentada o de realidad mixta, como el caso de las HoloLens, puede ser una auténtica revolución a tenor de las primeras experiencias que ya se han puesto en práctica usándolas en algunos proyectos piloto. Su gran aportación en los próximos años podría ser la sustitución de gran parte de la documentación que se genera a la hora de realizar las tareas de fabricación o mantenimiento de las aeronaves. Pero no solo eso, sino que la información pasará a estar disponible en el mismo entorno de trabajo, sobre la superficie o elemento sobre el que se va a realizar la tarea y, sobre todo, de forma contextualizada.
Los fabricantes de aeronaves, entre ellos Airbus, siguen desarrollando las “IT” o “instrucciones técnicas” para documentar aquellos trabajos que se deben realizar en las aeronaves. Hace relativamente poco tiempo se revolucionó la metodología al implementar modelos tridimensionales que ayudan al operario a ejecutar cada tarea. Sin embargo, la oportunidad que se presenta con la implementación de las gafas de realidad aumentada es ofrecer más información contextualizada sobre el propio entorno de trabajo, a la vez que facilitar una mayor interacción.
La realidad aumentada ofrece una imagen virtual que se proyecta sobre la real (en este caso, la aeronave), ofreciendo información específica visual sobre todos los elementos que afectan a la tarea, estableciendo una trazabilidad e indicando cada paso a seguir con una indicación visual en cada caso. El objetivo está claro: disminuir los tiempos de ejecución de las tareas, reducir la fatiga mental acumulada por el operador y, consecuentemente, minimizar los errores humanos.
Por ejemplo, la instalación de mazos eléctricos suele ser una tarea compleja, ya que llevan implantadas bridas de sujeción en lugares específicos y un recorrido determinado que hay que respetar escrupulosamente. El uso de estas gafas permitiría al operario visualizar el recorrido correcto del cableado, así como la ubicación exacta de cada una de las sujeciones. Pero antes de seguir leyendo, detengámonos un momento a entender esto último…
Imaginemos una zona donde hay que instalar un cable. Es factible en un momento dado, tras muchas horas acumuladas, o por prestar atención momentánea a un agente externo, cometer un error de comprensión sobre la documentación y realizar la instalación incorrecta. Tengamos en cuenta que sobre un espacio reducido en un avión se encuentran diferentes sistemas y equipos que podrían llegar a confundirse con facilidad en el momento de realizar una instalación. Afortunadamente, con las HoloLens dispondríamos de una visión clara del área de trabajo y las indicaciones visuales de lo que debemos realizar, teniendo solo que imitar lo que están viendo nuestros ojos. Con este método, se puede hacer al mismo tiempo tanto la instalación como la revisión del trabajo.
Sin embargo, no todo es color de rosas en esta nueva herramienta. Ya que, según los expertos, podría generar una fatiga visual similar a los trabajos con pantallas, obligando a un posible descanso por cada cierto tiempo de uso.
Por otro lado, el software se sigue mejorando para conseguir que el interfaz de usuario sea cada vez más intuitivo y sencillo de usar. Por ahora, hay que pasar por varios menús antes de poder realizar la tarea y la navegación requiere todavía de algunos ajustes en lo relativo a la usabilidad. De hecho, el uso de estos dispositivos requiere de una formación previa del personal para sacarle el provecho adecuado en las zonas de trabajo. Además, desde el punto de vista de prevención laboral, el uso de estas gafas puede distraer del entorno real en el que se usan, lo que requiere de un aprendizaje que minimice golpes o incluso caídas.
Muchas de las empresas que trabajamos en el sector aeroespacial ya estamos trabajando con este tipo de dispositivos e implantando esta tecnología en proyectos aeronáuticos, ayudando a madurar la tecnología y a entender adecuadamente su usabilidad.
En efecto, y como ha ocurrido con otras innovaciones anteriormente, el futuro puede ofrecernos una nueva forma de realizar las tareas técnicas con mayor eficiencia, en todos los sentidos. Aún queda tiempo hasta que el uso de la realidad aumentada se vea con total normalidad, pero hay entornos industriales donde, lejos de ser una cuestión de futuro, ya es una apuesta muy presente.