Por un lado, muchas cosas han cambiado con respecto a la situación de las mujeres en nuestra comunidad empresarial, desde que comencé a trabajar en I+D aeroespacial, hace veinticinco años. Por otro, a menudo se observan todavía estructuras, una cultura de trabajo, una comunicación y un comportamiento que distan mucho de responder al equilibrio y a la apertura a la diversidad.
Para lograr que los mejores talentos trabajen y lideren nuestra comunidad aeroespacial, sigue siendo vital atraer a más niñas a los campos técnicos a una edad temprana.
En la actualidad, un número significativo de mujeres ocupa puestos de liderazgo en la I+D aeroespacial (Anke Kaysser-Pyzalla, Sabine Klauke, Grazia Vittadini, por mencionar algunas en orden alfabético), y están animando a otras mujeres a desarrollar sus carreras en este sector, de forma activa o simplemente por su visibilidad como modelos a seguir. También comprobamos que cada vez más mujeres obtienen títulos universitarios en campos STEM y culminan sus doctorados en ingeniería (del 11,3 % en 2004 al 18,6 % en 2019 en Alemania según la Oficina Federal de Estadística). Incluso el número de profesoras en universidades que imparten cursos de ingeniería aeroespacial se ha incrementado desde un valor casi nulo a un 14% aproximadamente. Sin embargo, si observamos el porcentaje de mujeres que se gradúan frente a las etapas posteriores de la carrera, no es ningún secreto que la llamada «tubería con fugas» aún existe, ya sea en posdoctorados, como profesores o en posiciones de liderazgo industrial.
Ahora bien, la concienciación de la sociedad, el creciente aprovechamiento de los beneficios de la diversidad y el consiguiente conjunto de medidas para facilitar la integración de la vida profesional y privada de todos los géneros, han propiciado una mejora de la situación. En las instituciones de investigación no académicas, el porcentaje de mujeres en puestos directivos creció significativamente. Por ejemplo, del 0,8% en 1995 al 21,1% en 2020 en la Asociación Helmholtz de Centros de Investigación Alemanes, que también incluye al DLR. El panorama es bastante similar en el caso de las grandes empresas del sector industrial, en las que los modelos de horario flexible están implantados desde hace tiempo.
Sin embargo, con bastante frecuencia aún prevalece una demanda de «disponibilidad 24/7» y una «cultura de guerrero», al menos cuando se trata de posiciones de liderazgo. Estos factores pueden conducir a la insatisfacción y hacer que algunas carreras no sean atractivas, en particular para las mujeres. Así pues, un aspecto importante es seguir cambiando la cultura del trabajo hacia una mayor cooperación, una comunicación eficaz y el cumplimiento de los intereses privados. Junto a esto, se necesita más flexibilidad, ya que las soluciones individualizadas pueden ayudar a permitir un mejor equilibrio, como por ejemplo puestos de liderazgo compartidos, liderazgo a tiempo parcial o la rotación automática de puestos de liderazgo. Además, para lograr que los mejores talentos trabajen y lideren nuestra comunidad aeroespacial, sigue siendo vital atraer a más niñas a los campos técnicos a una edad temprana, a través de los maestros, padres, abuelos, familiares y amigos. Esta es una tarea de todos nosotros. Si aún no han empezado, háganlo hoy.