Los pilotos vivimos un complejo 2020. Un año que se ha desarrollado en las antípodas de nuestras expectativas. En un momento en el que el sector arrastraba una tendencia de crecimiento, la expansión de la Covid-19 dejó los aviones en tierra y a nosotros en un ERTE. Desde marzo, en Sepla estamos trabajando más que nunca para ayudar a nuestros compañeros a sobrellevar de la mejor forma posible una crisis sin precedentes y que ya ha marcado un antes y un después para la aviación.
Ahora, los pilotos sabemos que hay que contribuir a la supervivencia de nuestras aerolíneas, porque sin ellas tampoco hay futuro para nosotros.
Nuestra primera labor como sindicato ha sido llevar a cabo iniciativas que ayuden a nuestros compañeros a paliar las consecuencias de la crisis. En primer lugar, optamos por bonificar las cuotas a nuestros afiliados, y en segundo lugar hemos apostado por algo fundamental en estos momentos, la salud emocional de los pilotos, para lo que hemos desarrollado el programa PAPI. También hemos creado un programa para expatriados, que asesora a todos los pilotos que regresa a nuestro país después de años fuera, o a los que quieran salir de España para buscar otro país donde volar. Además, hemos negociado acuerdos especiales con bancos, aseguradoras e incluso escuelas de pilotos, para mantener las certificaciones de piloto de todo el colectivo en España.
Pese a la dificultad para cobrarlos y la considerable merma que esta pandemia ha supuesto para los ingresos del colectivo, los ERTEs han supuesto un balón de oxígeno para las aerolíneas, cuya actividad se vio reducida en los primeros meses a vuelos de repatriación y transporte de material sanitario. En este aspecto, el sindicato también ha dado la cara por sus afiliados, gestionando sus trámites con el SEPE.
Las previsiones más optimistas no auguran el restablecimiento de los niveles de demanda previos a la crisis hasta casi 2024. Será una recuperación lenta, pero es necesario apoyar a la aviación en estos duros momentos para consolidar un sector sólido.
Atravesamos un momento clave de cara a nuestro futuro. Con la certeza de que esto será largo, es tiempo para el trabajo de las secciones sindicales, tal y como han hecho desde marzo contribuyendo a mantener el empleo. Los pensamientos cortoplacistas no sirven ahora de nada: hay que luchar por la supervivencia. Debemos trabajar, junto a nuestras compañías aéreas, por mantener los puestos de trabajo de todos los pilotos.
En Sepla, secciones sindicales como las de Ryanair o Vueling ya han alcanzado acuerdos con sus respectivas direcciones con el objetivo de reducir costes y evitar despidos. Ahora, los pilotos sabemos que hay que contribuir a la supervivencia de nuestras aerolíneas, porque sin ellas tampoco hay futuro para nosotros. Sólo aunando esfuerzos podremos salir de esta crisis sin precedentes. Y solo de una manera: JUNTOS.