Algunos países están comenzando a volver a operar vuelos regulares dentro de la denominada “nueva normalidad”. Uno de estos países es la India. Este caso tiene una serie de particularidades que llevan a necesitar abrir antes que en otros lugares.
Los grandes territorios, como la India, necesitan del tráfico aéreo para que su sociedad se mantenga en desarrollo. Su experiencia será el punto de partida para otros muchos países.
Se trata de un país inmenso. India tiene unos 3,28 millones de kilómetros cuadrados mientras que el conjunto de la Unión Europea alcanza casi 4,5 millones, aunque hay que pensar que en este caso se trata de un conjunto de 27 países. Esas enormes superficies necesitan del tráfico aéreo para estar conectadas. India también es un país con una población enorme, con unos 1200 millones de habitantes, mientras que la Unión Europea no llega a los 450 millones. Además, el impacto oficial del COVID-19 en este país asiático es relativamente bajo en comparación con otros lugares. Estas circunstancias son las que han propiciado la decisión de abrir sus aeropuertos a los vuelos domésticos, para lo cual la Airports Authority of India (AAI) ha publicado los nuevos SOP (Standard Operating Procedure). De todas las medidas adoptadas destacamos las siguientes:
- Los pasajeros deben ser sometidos a un examen térmico y deben tener la aplicación de seguimiento oficial del gobierno en sus móviles (la aplicación se llama Aarogya Setu (ver), excepto los niños menores de 14 años. Si no muestran el color «verde» o no tienen la aplicación de rastreo de contactos del gobierno, no se les permitirá entrar al avión.
- Los pasajeros deben llegar al aeropuerto dos horas antes de la salida.
- Los pasajeros podrán entrar en el edificio de la terminal si sus vuelos salen en las próximas cuatro horas.
- Todos los pasajeros tienen que llevar mascarillas y guantes.
- Para el distanciamiento físico en las áreas de espera con asientos, parte de las sillas estarán clausuradas con cintas o marcas.
- Todo el personal debe tener desinfectantes de manos y equipo de protección personal como lo indica el Ministerio del Interior.
- No se permitirán los carritos portaequipajes, trolleys, excepto en casos especiales, para los cuales deberán ser desinfectados.
- Los operadores de los aeropuertos deben proporcionar un servicio para desinfectar todos los equipajes antes de la entrada al terminal.
- Todas las puertas de entrada de la terminal se abrirán para evitar aglomeraciones en puntos concretos.
- Se colocarán marcas de distanciamiento social o pegatinas en las puertas de entrada y colas de facturación, seguridad o embarque.
- Se colocarán en las entradas felpudos con lejía para desinfectar los zapatos.
- Los mostradores llevarán mamparas de metacrilato o pantallas faciales para el personal que tenga interacción con los pasajeros.
- No se proporcionarán periódicos o revistas en todo el terminal.
- Los empleados con fiebre alta, dificultad para respirar o tos no podrán entrar en el aeropuerto.
- Cuando los vuelos aterricen, los pasajeros deberán salir secuencialmente por tandas del avión.
Estas medidas son sensatas y en general correctas, así como extrapolables a otros aeropuertos y países. El procedimiento de control de temperatura, aunque se ha demostrado de baja utilidad, siempre podrá permitir la detección de algunos casos evidentes de personas enfermas. Este procedimiento unido al de marcar las distancias en todas las colas será probablemente de los que se apliquen mayoritariamente, al igual que ocurrirá con el bloqueo y separación de asientos en las zonas de espera. También serán comunes las pantallas de protección y alfombras desinfectantes.
El siguiente bloque de medidas pueden ser más complejas y son las relacionadas con la gestión de los equipajes. Por un lado, la prohibición de llevar equipaje de mano de tipo trolley y por otro la de desinfectar todos los equipajes de bodega. Esta desinfección seguramente se realice manualmente por parte de personal de handling. Esto en la India, un país con mucha mano de obra disponible no es un problema, pero en otros ámbitos puede resultar más complejo o inviable, por lo que deberán surgir soluciones que permitan automatizarlo. Si no es así, supondrán un incremento de precio en tasas o billetes que dificulten aún más el remonte de las operaciones.
Por último, hablemos del primer punto de la lista anterior. La obligación de llevar un teléfono móvil a todo el mundo que quiera volar y, además, exigir la instalación de una aplicación de rastreo y seguimiento choca con la cultura de libertades de la gran mayoría de países del mundo. Se trata de una aplicación que adicionalmente podrá detectar si hemos estado cerca de personas confirmadas como contagiadas y que dará una alarma al ser consultada por las autoridades, vetándonos la posibilidad de volar. Esta presunta intromisión en la libertad de las personas unida al hecho de que muchos países no tienen disponible ni esa tecnología ni la capacidad para analizar los datos y generar las alarmas adecuadas, hacen muy difícil su implementación. Sin embargo, si se demuestra en la experiencia de la india que este tipo de aplicaciones son una solución eficaz para el control de los contagios, habría que empezar a pensar en que más países las desarrollarán y obligarán a usarlas.
Como conclusión, el ejemplo de la India en la adopción de estas medidas nos permite ir pensando que en la Unión Europea y en países o regiones comparables en tamaño y población, podrían tomar el mismo camino en breve. Para ello, deben ir mirándose en el espejo de los que retoman la normalidad, la nueva normalidad, para ir siguiendo sus pasos (o no) y aprender de sus aciertos y errores.