En general, el empleo en el sector aeronáutico en Europa se caracteriza por los siguientes elementos:
- Evolución del empleo positiva y sostenida durante los últimos años, con un comportamiento por encima de la media de sectores industriales europeos.
- Alta concentración de la actividad aeronáutica y del empleo en cinco países: Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y España.
En Francia, el sector aeroespacial es un motor económico importante de las dos regiones de nueva-Aquitania y Occitania. Reúne a 1 900 empresas que empleaban a 146 000 personas al final de 2016. Representan el 6% del empleo asalariado no agrícola y hasta el 20% del empleo industrial en ambas regiones. Según la página web www.estaca.fr, el 37% de los recién titulados se enfocan hacia el sector aeronáutico y el 98% de ellos encuentran su primer empleo en un plazo de 2 meses.
El papel de la mujer en el sector aeronáutico ha crecido en los últimos años, aunque todavía estamos muy lejos de lo que se podría considerar como deseable.
En el Reino Unido, según Philip Brien y Chris Rhodes en el “House of Commons Library” del 8 de Noviembre de 2017, el sector aeroespacial tenía una cifra de negocios de 31 000 millones de libras esterlinas (unos 35 000 euros) en 2016, empleando a 95.000 personas, con el mayor número de puestos de trabajo ubicados en el suroeste y el este de la región de los Midlands. En este mismo documento, Katherine Bennett, la jefa de Airbus UK, opino sobre el Brexit afirmando que «las inversiones futuras realizadas por Airbus dependen inevitablemente del entorno económico en el que operamos. El modelo de negocio de la compañía se basa en nuestra capacidad de mover productos, las personas y las ideas en Europa libres de restricciones«. Esta posición fue reafirmada por Fabrice Bregier, el CEO de Airbus, quien menciono en junio de 2017 que para Airbus sería «muy fácil tener una nueva planta en algún lugar del mundo para nuevos proyectos.»
- Empleo de alta cualificación, con un elevado porcentaje de universitarios y la necesidad de técnicos integradores (ingeniería de sistemas) específicos. Se estima el 38% de los empleados en el sector son de formación universitaria, lo que contrasta con el 18% que supone ese mismo colectivo en el conjunto de los sectores, en el caso de España.
- Incremento sostenido de la facturación durante los últimos años y previsiones futuras que apuntan a que continuará la misma tendencia.
- La industria aeronáutica europea está dominada fundamentalmente por el segmento de fabricación de aviones, especialmente de grandes aviones comerciales.
- Se ha producido una evolución negativa de la productividad como consecuencia, entre otras cuestiones, del incremento sostenido en los costes de producción.
Una de las singularidades del empleo en el sector aeronáutico es la evolución del papel de la mujer en un entorno laboral que era casi exclusivamente masculino.
Pongamos como punto de partida el porcentaje de mujeres que estaban matriculadas en carreras técnicas en el curso 1975-76. Tan sólo suponían el 2% del total. Asimismo, conformaban el 5% de las personas que cursaban una ingeniería, frente al 95% de hombres.
Si avanzamos hasta el curso 1998-1999, ya nos encontramos con una integración adecuada de la mujer en el sistema universitario, constituyendo el 54% de los estudiantes de nuevo ingreso. Además, las mujeres superaban a los hombres en todas las carreras, excepto en las técnicas. Precisamente en estas titulaciones es donde en estos últimos años se advierte un estancamiento de la mujer, que no hace presagiar que se supere el 25% en los próximos cursos.
Uno de los baremos más representativos que se puede emplear para analizar la integración de la mujer en las ingenierías y su incorporación al mercado laboral es el de las cifras de colegiación.
Tomemos como ejemplo los datos de colegiación del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental, en España. Hasta 1992, las mujeres colegiadas no suponían ni siquiera un 1%. En 2002 ese porcentaje sube hasta el 5,5% y en 2008 al 10%. Sin embargo, en los seis años siguientes el incremento fue de tan solo unas pocas décimas.
Tomemos ahora como ejemplo el colectivo de pilotos. Siguiendo con el ejemplo de España, actualmente existen 6 000 pilotos según datos del Sindicato Español de Pilotos de Línea Aérea, de los que tan solo 198 son mujeres. En el contexto mundial tampoco mejoran las cifras, pues las mujeres piloto solo constituyen el 3% de su colectivo profesional. ¿A qué se debe este desequilibrio? Casi instintivamente lo primero que se piensa es en la dificultad de compaginar esa profesión con la vida personal, pero a continuación, uno se acuerda de la gran presencia de mujeres entre las azafatas y tripulantes de cabina en las compañías aéreas.
Debido al incipiente crecimiento de pasajeros se prevé que, en los próximos 20 años, hagan falta más de 104 000 pilotos en Europa y unos 610 000 a nivel mundial, según el estudio Pilot & Technicien Outlook (2016). Y el papel de la mujer será clave.
Según aseveran algunos expertos, el origen puede estar en las tensiones que soportan las mujeres, que las llevan a mayores índices de autocrítica y exigencia, mayor inseguridad en sí mismas y altos niveles de estrés, al entrar en conflicto con la identidad-rol de género. Aquí juega un papel importante la posibilidad de ser madre, ya que la maternidad es vista como un conflicto con el mundo laboral.
Según Susan Chodakewitz, presidente de Tetratech, cuando nos centramos en los puestos técnicos y ejecutivos en el sector, el porcentaje de mujeres pasa del 25 al 10%. El resto puestos que ocupan las mujeres son administrativos.
Según explica Thierry Baril, Director General de recursos humanos de Airbus, en el periódico Le Monde, las empresas quieren reclutar más mujeres: «La empresa debe ser un reflejo de la empresa. Los equipos mixtos son sinónimo de mayor eficiencia y cohesión con la clave para un mejor rendimiento».
En este medio de comunicación francés se afirma que algunas empresas se han fijado objetivos para las contrataciones de mujeres. Airbus quiere alcanzar un tercio de ellas en su plantilla. Safran desea un mínimo del 25% para ingenieros y ejecutivos. Para 2023, Thales apunta a un 40% para la plantilla en general y 30% en los mandos intermedios.
Las cuestiones a plantear son sencillas: ¿porque a las mujeres no les atrae el sector aeronáutico? o ¿por qué abandonan este sector? Es complicado dar una respuesta concreta. Quizá sea una combinación de varios factores: estereotipos, encasillarse técnicamente o porque no existen figuras de referencia…
Lo que está claro es existe una clara ambición y necesidad a nivel mundial por trabajar las políticas de desarrollo y mejorar el rol de la mujer en el sector aeronáutico.