La estanqueidad y el problema de las fugas es un asunto de gran importancia en el sector de la aviación general y en particular para las aerolíneas, ya que es una de las principales causas de lo que se conoce como Aircraft on Ground. En el caso de fugas del sistema o tanques de combustible se trata de un problema poco conocido para el público en general, ya que es algo que no suele trascender, salvo si la fuga se produce en pleno vuelo, lo que derivaría en un aterrizaje de emergencia. Precisamente las fugas de combustible han llevado a las autoridades de aviación civil a prescribir procedimientos de emergencia como parte de los manuales de operación, que son un requisito a tener en cuenta para mantener la aeronavegabilidad de las aeronaves. Hay que tener en cuenta que los tanques de combustible de los aviones modernos son las alas, que no son ni mucho menos depósitos sencillos. Son estructuras complejas formadas por dos revestimientos unidos mediante costillas y larguerillos usando miles de remaches o bulones y donde se aplican cantidades importantes de sellante, precisamente para tratar de garantizar la estanqueidad.
La innovación tecnológica es clave en el sector aeronáutico, no solo para mejorar la eficiencia de las aeronaves, sino también para garantizar la calidad del producto.
Pero en un avión no solo el sistema de combustible puede fugar. Existen muchos sistemas del avión que gestionan fluidos: el sistema hidráulico, que proporciona potencia hidráulica a las superficies de mandos de vuelo del avión, los trenes de aterrizaje, los sistemas de freno o las puertas, el sistema neumático o el sistema de control ambiental, responsables de mantener la temperatura y presión en los distintos compartimentos del avión, el sistema de oxígeno, el sistema de extinción de incendios o el sistema de inertización también manejan fluidos en estado gaseoso o líquido.
Tras la aparición de una fuga el siguiente problema es su localización. La complejidad de los sistemas de avión hace que en ocasiones esto sea como buscar una aguja en un pajar. Es por ello necesario el uso de la tecnología más avanzada. Los métodos tradicionales de detección de fugas en el sector aeronáutico se basan en la medida del cambio de presión, en el uso de agua jabonosa para localizar visualmente la fuga por la generación de burbujas o en el uso de líquidos sensibles a la luz ultravioleta que una vez aplicados en la zona de fuga cambian de color evidenciando el lugar de la fuga. Se emplean también sistemas de ultrasonidos capaces de detectar la fuga a partir del sonido que produce el fluido al salir. En las últimas décadas se han venido implementando en el sector aeronáutico otras técnicas más novedosas que se han utilizado en otros sectores como el de la energía nuclear, el farmacéutico o el de la automoción. Estos métodos se basan en el uso de un gas trazador, normalmente gases muy ligeros como el helio o una mezcla de nitrógeno e hidrógeno conocida como forming gas ambos inocuos para el ser humano y que pueden utilizarse en entornos industriales. El método consiste en introducir el gas trazador en el sistema e inspeccionar con un equipo conocido como sniffer la zona donde se cree que hay fuga hasta detectar la fuga de este gas en cuestión. En el sector oil & gas se emplean cámaras de infrarrojo para detectar fugas de gases como butano o propano. Esta tecnología, basada en la absorción electromagnética de los gases en el espectro infrarrojo, se está evaluando a nivel tecnológico en sistemas de avión empleando CO2 como gas trazador.
Cada uno de estos métodos ofrece una sensibilidad diferente a la hora de detectar fugas. Se considera que un sistema es estanco al agua si no permite fugas menores a 10-2 mbar·L/s, frente a bacterias 10-4 mbar·L/s, los requisitos de estanqueidad de sistemas de combustible o gas son un orden de magnitud mayor, del orden de 10-5 o 10-6 mbar·L/s.
La innovación tecnológica es clave en el sector aeronáutico no solo para mejorar la eficiencia de las aeronaves, sino también para garantizar la calidad del producto a través de los procesos productivos y cumplir con los estándares de seguridad exigidos.
AERTEC Solutions participa como core partner en el Programa Clean Sky 2 dentro del consorcio formado para ejecutar el proyecto PASSARO (caPAbilities for innovative Structural and functional teSting of AeROstructures). En el marco de este proyecto, AERTEC lidera un paquete de trabajo cuyo objetivo principal es el de contribuir al desarrollo de bancos de pruebas de fugas que reduzcan los tiempos de proceso y costes asociados, y permitan aumentar los niveles de fiabilidad a la hora de garantizar la estanqueidad de los sistemas del avión que manejan fluidos.
El proyecto PASSARO recibe financiación del programa común Clean Sky 2, en el marco del Programa de Investigación e innovación en el horizonte 2020 de la Unión Europea, en virtud del acuerdo de subvención No CS2-AIR-GAM-2014-2015-01.