La industria aeroespacial tiene una cadencia de producción muy baja. Requiere de una mano de obra de alta cualificación a la vez que de una tecnología punta que se encuentra constantemente en desarrollo. Simultáneamente, las aeronaves que salen cada día de la planta de ensamblaje incorporan miles de piezas que requieren de una gran precisión tanto en su fabricación como en su montaje.
Contemplar todo el proceso de creación de una aeronave es realmente apasionante. Cada eslabón de la cadena está planificado meticulosamente para que cada pieza esté en el momento preciso y en el lugar oportuno donde el operario procederá a su incorporación al futuro avión. Los grandes fabricantes aeronáuticos se han convertido con el tiempo en representantes estratégicos de sus estados. Boeing representa el poder de la industria de los Estados Unidos a la vez que Airbus significa lo mismo para la Unión Europea.
A menor escala tenemos a Bombardier como estandarte para Canadá o a Embraer para Brasil. En esta carrera tecnológica, industrial y comercial se han incorporado COMAC (Commercial Aircraft Corporation of China) como representante de China o UAC (United Aircraft Corporation) a la cabeza de la industria de Rusia. Hasta una decena más de países disponen de una destacable capacidad para la construcción de aeronaves y, en todos los casos, se trata de ejemplos significativos de las capacidades y bondades de cada uno de ellos.
Sin embargo, la era de la globalización no es ajena al sector aeroespacial. Los países que no tienen capacidad para ensamblar aeronaves pujan por ser proveedores de piezas para los que sí la tienen, con lo que la cadena de producción llega a ramificarse de forma notable. En algunos modelos de aviones pueden llegar a intervenir piezas procedentes de varias decenas de países.
En esta infografía hemos tomado como ejemplo dos de las aeronaves más modernas que podemos encontrar en el mercado: el Airbus A350 XWB y el Boeing 787 Dreamliner. Hemos desgranado la procedencia de algunas de sus secciones y piezas, pero no debemos perder de vista que, a su vez, cada una de esas partes del avión poseen piezas procedentes de otros muchos lugares del mundo.
El modelo de provisión y fabricación de ambos fabricantes es sutilmente diferente, pero tienen en común el hecho de que la globalización está presente en cada uno de sus aviones. Veámoslo.
Fuentes: Airbus, Boeing y elaboración propia.
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