La aeronáutica no solo contribuye de forma incuestionable a la globalización mejorando el transporte aéreo día a día, sino que también es uno de los pilares para desarrollos científicos, tecnológicos e industriales que harán mejorar muchos aspectos de la vida sobre la Tierra.
Un parque solar espacial podría ser entre 5 y 10 veces más eficiente que un parque solar ubicado en la superficie de la tierra.
Uno de los campos de la ingeniería aeronáutica que tiene un mayor potencial de crecimiento y desarrollo en años venideros es, sin duda, el espacio. No solo se trata de explotar la capacidad de nuestras aeronaves para llegar más lejos e investigar más allá de los confines de nuestro Sistema Solar, sino que cada día es más viable poner en marcha grandes proyectos para la explotación minera espacial, turismo, bases de exploración u otras iniciativas de tanto interés como complejidad.
Si pensamos, por ejemplo, en el gran potencial de la energía solar y en cómo podemos mejorar la explotación de este recurso renovable, tenemos frente a nosotros un innovador proyecto nacido en Japón.
La energía solar que aprovechamos cada día es bastante dependiente de las condiciones meteorológicas que se den en el punto de captación. Con la idea de aprovechar al máximo la energía del Sol, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) ha apostado por la investigación y desarrollo activo de los SPS (satélites de energía solar), con el objetivo de crear un enorme parque solar en el espacio y garantizar el suministro energético de todo nuestro planeta.
En esencia, este proyecto consiste en crear un parque solar en el espacio con una superficie de varios kilómetros cuadrados y compuesto por paneles solares “flotantes” que, a modo de satélite, estarían conectados a un punto terrestre. El satélite se mantendría en una órbita geoestacionaria. La estimación llevada a cabo por la JAXA es que podría ser entre 5 y 10 veces más eficiente que un parque solar ubicado en la superficie de la tierra debido a que se podría recabar la energía del Sol directamente sin las interferencias propiciadas por la atmósfera y reduciendo la incidencia de las estaciones del año o la oscuridad de la noche.
Para poder traer esta energía a la Tierra solo se concibe una forma lógica de hacerlo, y esta es sin cables. JAXA ha apuntado que solo tienen la alternativa de desarrollarlo a través de microondas. El láser quedó descartado, ya que por ahora no se ha encontrado la forma de que funcione de una forma eficiente a través de las nubes.
Se ha publicado recientemente en la revista Physorg que la empresa japonesa “Mitsubishi Heavy Industries”, socio y colaborador en el proyecto de JAXA, ha conseguido enviar 10 kilovatios a un receptor situado a unos 500 metros de distancia a través de las microondas. Es tan solo un primer paso. Por el momento, JAXA y Mitsubishi avanzan en la transmisión inalámbrica de energía con alta precisión y centradas en conseguir un sistema eficiente que no genere pérdidas de energías por el camino. Solo así este proyecto puede ser comercialmente viable.
JAXA cuenta con probar su tecnología en el espacio en el año 2018, con un pequeño satélite que podría llegar a transmitir varios kilovatios.
¿Podrán las grandes industrias energéticas reinventarse ante un avance como este? Las aeronáuticas ya lo están haciendo.