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Hangares, una cuestión de peso

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José A. Hurtado

AERTEC / Airport Planning & Design

 

A la hora de realizar un número gordo a que cantidad de kilos de acero laminado consumirá una nave industrial, existe un pseudo-límite inferior que se antoja muy difícil de rebasar.

A la hora de diseñar un hangar o una nave industrial existe un curioso número mágico, común a todas ellas, que define la cantidad de acero a utilizar en su construcción.

Una nave es una estructura generalmente metálica o mixta (acero para la cubierta y hormigón para los pilares) que suele cubrir grandes luces sin utilizar pilares intermedios para su construcción. Su carácter puede ser temporal o permanente y la forma de cubrirla puede ser, bien a base de lonas o con paneles sándwich. En el ámbito aeroportuario, casi siempre su uso es destinado para hangares por lo que se desestima la utilización de lonas, ya que estas podrían caer sobre los aparatos de aviación (aviones, helicópteros,…) debido al peso de la nieve o salir volando por la acción del viento. En cualquier caso, nunca se debe perder el carácter para el que se ha concebido la nave, es decir, que sea estable, resistente y con deformaciones limitadas, necesarias para el mantenimiento, reparación o almacenaje.

Existe un alto grado de variables que definirán finalmente las secciones de acero laminado necesarias para un nave de carácter definitivo, tales como luz entre pilares principales, separación entre pórticos, forma de cubierta, altura, presencia o no de puentes grúa, así como las distintas hipótesis de carga que intervienen en ella tales como su peso propio, viento, sismo, nieve,…

Obviamente hay algunas variables mucho más determinantes que otras en el cálculo final, pero el número mágico a la que todas llegan, es de 45 Kg/m². ¿Qué quiere decir este número? Básicamente, a partir del  área que necesitamos cubrir y multiplicando por él, obtendremos el número de kilos totales a emplear en la nave. Una vez conseguido este valor sólo nos quedaría multiplicarlo por el precio del kilo de acero para tener, con una aproximación muy alta, el precio de la estructura.

Pero no todo es así de fácil, ya que existen algunos peros o inconvenientes a la aproximación anterior, tales como:

  • El emplear un tipo de acero con un límite elástico inferior (235 N/mm2) frente a uno con límite elástico superior (355 N/mm2), conlleva distorsiones en el anterior valor calculado.
  • El poseer luces elevadas, a partir de los 40-50 metros. En cuanto comenzamos a superar esta distancia es cuando los kg/m² de nave empiezan a elevarse, debido a que para mantener las deformaciones impuestas, éstas aumentan con un exponente a la cuarta debida a la luz (L^4).
  • Disponer de puentes grúa colgados de la estructura principal de cubierta y no apoyado en los pilares.

Se puede concluir, y casi afirmar, que “cualquier” nave (luz máxima de 50 metros, acero S275 y posibles puentes grúa apoyado en pilares) será como mínimo un peso minimosca, haciendo analogía con los pesos en boxeo. Su peso será de 45 Kg/m². A partir de aquí ya ningún régimen va a tener efecto en nuestra nave.

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