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Bimotores cruzando el Atlántico

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Alejo Orellana

AERTEC / Airport Planning & Design

 

Las empresas de aeronáutica tienden a estar formadas por profesionales de muy diversa índole. Esta cualidad propicia un entorno de trabajo multidisciplinar en el que todos podemos desarrollar nuestra labor a la vez que aprendemos juntos unos de otros. Pero el objeto último de una empresa dedicada a la aeronáutica es idear y diseñar soluciones que sean acordes a tal fin.

Hace un siglo, solo aviones de cuatro motores se atrevían en un principio a cruzar grandes extensiones sobre terrenos inhóspitos como desiertos u océanos.

De ahí mi sorpresa cuando en cierta ocasión un compañero comentó que se había sentido ligeramente incómodo al haber cruzado el Atlántico en un avión de tan sólo dos motores. Se extrañaba de este hecho y parecía recelar (como puede parecer lógico) de esta situación. Pero la pregunta es, ¿supone algún riesgo cruzar el Atlántico en un avión con sólo dos motores? La respuesta es, como no podía ser de otra forma, que en manera alguna esto supone un menoscabo de la seguridad.

En 1919 los aviadores británicos John W. Alcock y Arthur W. Brown fueron capaces de cruzar el Atlántico en avión por primera vez sin realizar escalas, saliendo desde la Isla de Terranova el 14 de junio y aterrizando en Irlanda 16 horas y 12 minutos después. El vuelo lo realizaron en un Vickers Vimy (un bombardero bimotor de la primera guerra mundial) modificado, y esa hazaña les granjeó el premio de 10.000£ ofrecido por el periódico londinense Daily Mail. Sin embargo durante la travesía un frente frío hizo que la toma de aire de uno de los motores se cubriera de hielo y tuvieran que apagarlo. La fortuna quiso que consiguieran arrancar de nuevo el motor y realizar un aterrizaje con éxito.

¿Qué habría pasado si en este viaje se les hubiera estropeado irremediablemente el motor? Evidentemente, hoy no estaríamos hablando de ellos aquí. Sin embargo este temor provocó que solo aviones de cuatro motores se atrevieran en un principio a cruzar grandes extensiones sobre terrenos inhóspitos como desiertos u océanos. Y de hecho en 1953 la Federal Avation Administration americana (la FAA) publicó una norma que establecía que los aviones con dos motores no pueden alejarse nunca a más de 60 minutos de vuelo de un aeropuerto adecuado.

Sin embargo en la actualidad se pueden apreciar multitud de vuelos realizados diariamente por bimotores que cruzan el Atlántico, como son los casos, por poner un ejemplo, del Boeing 767 o del más reciente Airbus A-350. ¿Cómo puede ser esto posible? Pues gracias al certificado ETOPS (Extended-range Twin-engine Operation Performance Standards o  «normas de rendimiento operativo de bimotores en vuelos largos»). Se trata de un certificado otorgado por la  OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) a través del cual se permite a determinados aviones junto a los motores que montan volar a hasta más de 60 minutos de un aeropuerto adecuado. El tiempo que estos aviones están certificados para volar con un motor menos puede llegar a ser de más de 300 de minutos. Pero lo que es más significativo es que este certificado también es otorgado a aviones que cuentan únicamente con dos motores.

Es por ello que a día de hoy no debería extrañarnos ver aviones bimotores cruzar el Atlántico. Sus motores han demostrado denotada fiabilidad y además estos aviones son capaces de volar durante un tiempo considerable con uno solo de sus motores. Este es el caso por ejemplo del A350-900 que incluso antes de su entrada en servicio consiguió el certificado ETOPS que le permitía un tiempo de diversión de más allá de 180 minutos. Por lo tanto siéntese y disfrute de su vuelo, y no haga caso a la broma que en países de habla inglesa se haya obtenido para este certificado: Engines Turning Or Passengers Swimming («motores funcionando/rotando o pasajeros nadando»).

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