El Dr. Scott Firsing es Director de la Aerospace Leadership Academy (Academia de Liderazgo Aeroespacial), AERLA.
«La formación y el desarrollo de las personas, tanto jóvenes como mayores, es en sí una buena práctica empresarial.»
¿Cómo ha crecido el sector aeroespacial en Sudáfrica y cuáles son los retos que se plantean para un futuro próximo?
El sector aeroespacial sudafricano ha crecido gracias a la generación de su propio nicho y la desarrollo de componentes para las grandes empresas aeroespaciales del mundo a través de la fabricación de alta tecnología y de la innovación. Por ejemplo, Denel, la empresa estatal sudafricana de fabricación de equipamiento de defensa, ha firmado recientemente un contrato de varios millones de dólares con Airbus para fabricar piezas para la cola del estratégico avión de transporte militar A400M. Aerosud Aviation, con sede en las afueras de Pretoria (Sudáfrica), también fabrica muchas piezas para Boeing y Airbus.
Por otra parte, Aerosud y Paramount Group, el mayor contratista de defensa de participación privada de África, se han unido recientemente para desarrollar la nueva aeronave ligera de reconocimiento avanzado de alto rendimiento (AHRLAC). Es una nueva y revolucionaria aeronave diseñada y desarrollada en África, destinada a tener un papel significativo en una amplia gama de tareas militares, policiales y civiles en todo el mundo.
Anteriormente, trabajé como asistente del Presidente Ejecutivo de Paramount, Ivor Ichikowitz. Ivor está comprando todas las pequeñas empresas sudafricanas especializadas con el propósito de crear una entidad que disfrute de reconocimiento en la escena mundial. Actualmente, Paramount puede ofrecer una amplia gama de productos, como sistemas y sensores para misiones, aviónica, apoyo logístico y a la planificación, investigación y desarrollo, vehículos aéreos no tripulados (UAV) e integración de sistemas.
Se nos plantean grandes retos ante nosotros. Muchos de los ingenieros especializados de Sudáfrica, que son poco numerosos y están muy alejados entre sí, están alcanzando la edad de la jubilación. Su singular combinación de competencias será algo difícil de reemplazar si no empezamos pronto a aprovecharlos como mentores de las jóvenes generaciones mediante la capacitación en el empleo. Además, los mejores y más brillantes ingenieros del país en el sector aeroespacial son rápidamente identificados y atraídos por las grandes empresas internacionales que les ofrecen más dinero para que trabajen en sus oficinas de todo el mundo.
Otro gran reto es la ayuda gubernamental. En Sudáfrica, el nuevo gobierno de solo 21 años de edad empieza ahora a reconocer la importancia del sector aeroespacial. Sin embargo, la retórica no suple la falta de medidas y de financiación. A esto hay que añadir que las Fuerzas de Defensa Nacional Sudafricanas (SANDF) están completamente desorganizadas, lo que significa que no hay fondos para investigación y desarrollo y prácticamente nada de compras públicas, lo que a su vez ha dificultado mucho la supervivencia de algunas de las empresas más pequeñas. Esta es la razón por la que las empresas sudafricanas dedican cada vez más atención al resto de África y a otros países en desarrollo.
¿Cuál es el papel de Sudáfrica en el sector aeroespacial mundial? ¿Cuáles son sus fortalezas y sus debilidades?
Los actores del sector aeroespacial sudafricano actúan como subcontratistas y suministran subsistemas y componentes al Norte global, a la vez que colaboran en los mercados del Sur global en calidad de integradores, con actualizaciones de sistemas o como fabricantes de equipamiento original. Sudáfrica se especializa en áreas como la aviónica, los materiales avanzados y la tecnología de fabricación.
Muchas empresas aeroespaciales sudafricanas son pequeñas, pero tienen grandes capacidades. Una empresa local, Cassidian Optronics, ahora convertida en Airbus Defence Optronics, amplió su contrato con Gripen para el suministro de sistemas de cascos de seguimiento y control por movimiento de cabeza para equipar todos los Eurofighter Typhoons con dichas unidades y ahora también para el programa multinacional liderado por Estados Unidos F-35 Joint Strike Fighter.
Sudáfrica es un importante mercado para el reequipamiento de aeronaves. También fabrica numerosos ultraligeros y tiene una buena posición en las exportaciones mundiales de motores rotativos y asientos para aeronaves.
En general, el sector cuenta con excelentes capacidades de fabricación y competencias. Un ejemplo es el helicóptero de combate más sofisticado del mundo (el Rooivalk), y ahora la AHRLAC.
Hay también algunos obstáculos, como la estricta normativa sobre exportaciones. Además, la divisa, el rand sudafricano, fluctúa considerablemente, aunque las empresas sudafricanas están habituadas a este problema y se adaptan en consecuencia.
¿Existen datos financieros actualizados disponibles sobre el sector aeroespacial en Sudáfricaen cuanto al volumen de negocio, el número de empleos, las exportaciones, las empresas aeroespaciales con sede en el país, etc.?
No es fácil tener acceso a datos precisos y de calidad. Se estima que existen entre 100 y 200 organizaciones/empresas relacionadas con el sector aeroespacial en Sudáfrica, pero esta cifra podría haberse reducido en la actualidad, ya que las empresas con mayores capacidades están siendo adquiridas por los grandes actores como Denel, Paramount y Airbus, entre otros. Lo que sí que puedo afirmar es que el sector aeroespacial y de la aviación en general da empleo a decenas de miles de personas en Sudáfrica.
Sin embargo, es posible que mejore el acceso a los datos gracias al creciente interés en el ámbito de la política y con el proceso de maduración del gobierno.
¿Cuándo y por qué surgió la idea de crear AERLA? ¿Qué papel desempeña dentro del sector aeroespacial en Sudáfrica?
Mi socio, el doctor Ken Baucom, y yo llevábamos casi 10 años hablando de una escuela así, pero la construcción no empezó hasta hace dos años y medio e inauguramos el centro en enero de 2015.
Ambos teníamos razones diferentes para fundar una academia de este tipo. Los dos hijos de Ken –ambos nacidos en Sudáfrica– estudiaron internos en institutos militares en Estados Unidos. Y ambos tuvieron carreras de éxito. Ken atribuye gran parte de este éxito a los valores que les inculcaron durante esos años.
Yo, por mi parte, siempre he adorado la aviación y el espacio, y trabajé para Paramount Group, lo que me hizo ver la necesidad de un centro de formación. El sector sudafricano de aviación, defensa y aeroespacial en general fue impulsado durante el apartheid cuando el país estaba aislado económicamente. Se lograron importantes innovaciones y se fabricaba por pura necesidad, gracias a algunas mentes absolutamente brillantes. No quiero que eso desaparezca: quiero que los jóvenes sudafricanos se emocionen con lo que el futuro del sector puede ofrecer a escala local, en África y en todo el mundo.
Estas razones, junto con otros objetivos compartidos como mejorar la educación del país en matemáticas y ciencias y luchar contra los supuestos «problemas» de comportamiento asociados a las jóvenes generaciones –como la falta de disciplina–, finalmente nos empujaron a convertir nuestro sueño en realidad.He dirigido el establecimiento de colaboraciones entre AERLA y empresas sudafricanas y estadounidenses para ayudar en su aprendizaje. Contamos igualmente con la colaboración de directivos de todo el mundo, que ejercen como mentores para nuestros cadetes y nos ayudan a dirigir el centro. También nos ayudan inspirando a los estudiantes. Además, como sabe, el sector aeroespacial tiene uno de los multiplicadores económicos más altos de todos los sectores de alta tecnología. Contar con líderes sudafricanos en este campo será algo crucial para el desarrollo socioeconómico del país.
¿Y cuáles son las políticas públicas para el sector aeroespacial sudafricano? ¿Hay suficiente inversión pública?
Se han producido grandes cambios en este aspecto en los últimos años. Las fuerzas armadas sudafricanas acaban de ser sometidas a un análisis detallado de la defensa que claramente identifica los problemas existentes y lo que hay que hacer para corregirlos. También es responsabilidad de los Ministerios sudafricanos de Comercio e Industria y de Ciencia y Tecnología garantizar que los sectores aeroespacial y de defensa en Sudáfrica están bien posicionados para ser competitivos en el futuro. Existen políticas y planes en vigor, como el Plan de Acción sobre Política Industrial (IPAP 2014/15-2016/17) y el Plan de Desarrollo Nacional general para todo el país. También se está trabajando en un Plan de Desarrollo del Sector Aeroespacial y en la creación de una Comisión Directiva Mixta para el Sector Aeroespacial con el propósito de impulsar la Agenda de Acciones para el Sector Aeroespacial.
De nuevo, todo esto es fantástico. Sí que parece haber voluntad política y apoyo público. Los documentos dicen lo que deben decir, es decir, que el gobierno reconoce el inmenso potencial del sector de los materiales compuestos, y señala que será clave en el futuro del sector aeroespacial y que debe integrarse en la planificación comercial para el futuro. Sin embargo, hablar es fácil y no cuesta dinero.
Y los problemas surgen cuando «la mano izquierda no sabe lo que hace la derecha». Asistí recientemente a un seminario de la Agencia Espacial Nacional Sudafricana (SANSA) en el que quedó muy claro que aún hay varias preguntas importantes sin respuesta. Como país y en el ámbito «espacial» en particular, ¿hacia dónde nos dirigimos? ¿Queremos especializarnos en cubesats? ¿O en satélites más grandes? ¿Queremos tener capacidad de lanzamiento? Es necesario saber a dónde nos dirigimos y quién hace qué para alcanzar ese objetivo.
¿Están colaborando estrechamente el gobierno, la industria y los centros de investigación para mejorar la competitividad?
Si me hubieras hecho esta misma pregunta hace unos cuantos años, mi respuesta habría sido claramente que no. Pero las cosas están cambiando. Las distintas entidades se han unido para desarrollar estos nuevos planes e iniciativas. Algunas entidades como el Consejo de Investigación Científica e Industrial de Sudáfrica y la Asociación de los Sectores Aeroespacial, Marítimo y de Defensa han sido clave dirigiendo estos procesos. También se han organizado varios talleres con los distintos actores implicados, así como reuniones más pequeñas e informales, que resultan muy positivas.
Acabo de recibir una invitación para participar en un Desayuno de trabajo titulado “El espacio se reúne con la industria”, que se celebrará el 3 de junio de 2015 bajo el auspicio de SANSA. Este desayuno de trabajo pretende reunir a los responsables de la toma de decisiones en la industria, las empresas y el gobierno con el propósito de iniciar un diálogo sobre los beneficios y las oportunidades que ofrece el espacio, a través de las actividades de SANSA, gracias al desarrollo de soluciones innovadoras para responder a retos tanto nacionales como mundiales.
¿En qué proyectos participa actualmente AERLA y cuáles son sus retos para el futuro próximo?
Participamos en numerosos proyectos y a menudo nos invitan a colaborar con otras universidades sudafricanas en la elaboración de recomendaciones sobre la educación y las competencias que son necesarias para desarrollar el sector aeroespacial en el país.
Uno de los principales retos es mejorar el sistema educativo sudafricano, que se encuentra en un estado lamentable, especialmente en matemáticas y ciencias. Somos una pequeña escuela especializada con 80 cadetes y los departamentos de ingeniería aeroespacial de algunas de las mejores universidades de Sudáfrica tienen aproximadamente el mismo número de estudiantes. Incluso el atraer a este pequeño número de jóvenes sudafricanos para que se matriculen y sean capaces de aguantar el ritmo ya es una tarea ardua de por sí.
La inversión en educación, a través de profesores de buena calidad y cursos que preparen a los estudiantes para una carrera en las especialidades de ingeniería del futuro, es una inversión crucial para Sudáfrica.
¿Es la formación de gente joven un requisito necesario para una buena práctica empresarial?
La respuesta es sencilla: sí. La formación y el desarrollo de las personas, tanto jóvenes como mayores, es en sí una buena práctica empresarial.
Los jóvenes de Sudáfrica tienen el futuro del país en sus manos, pero necesitan el apoyo de la comunidad empresarial. Unos 19 millones de sudafricanos tienen entre 15 y 35 años, lo que representa más de un tercio de la población. Si estos jóvenes no consiguen canalizar su energía, sus ideas y sus ambiciones, el país estará abocado al fracaso. Nuestra esperanza es que estos jóvenes puedan aportar nuevas ideas a los distintos sectores y nuevas soluciones tecnológicas.