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Contramedidas en aeronaves militares: DASS

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Enrique Ponce

AERTEC / A400M Flight Test Center

 

Una aeronave militar con su tripulación es un “activo” de las fuerzas aéreas muy valioso en dos aspectos primordialmente. Por un lado por las posibilidades que brindan (transporte, repostaje en vuelo, superioridad aérea, lanzamiento de suministros en zonas de difícil acceso…) y por otro por el coste económico (fabricación del aparato), de tiempo y recursos (tripulación y su formación y entrenamiento). Es por tanto lógico y necesario salvaguardar dicho “activo” (tripulación más aeronave) de eventuales amenazas de la forma más eficaz y efectiva posible durante el desempeño de sus funciones.

La mayor amenaza surge de la confrontación con otras fuerzas aéreas y ejércitos que, en caso de conflicto, podrían llegar a utilizar todos los medios a su alcance para derribarla. De entre éstos destacan los misiles aire-aire y los misiles tierra-aire. El Sub-sistema de Ayudas Defensivas o DASS (del inglés Defensive Aids Sub-System) fue desarrollado precisamente para contrarrestarlos.

De modo muy simplificado el DASS es un sistema dotado de una inteligencia central que mediante sensores detecta y clasifica las posibles amenazas y actúa en consecuencia.

Conviene aclarar en este punto el concepto de “guiado”, que es el medio por el que los misiles localizan el objetivo y modifican su trayectoria para alcanzarlo. Existen tecnologías como el guiado por infrarrojos, que se basa en el rastro de calor dejado por los motores de la aeronave, o el guiado por radar, que localiza el objetivo mediante el rebote de pulsos electromagnéticos previamente transmitidos. Así pues, resulta fundamental la identificación del tipo de guiado del misil para poder burlarlo.

Esta identificación la llevan a cabo sensores de distintos tipos distribuidos estratégicamente por la aeronave que informan a la inteligencia central del sistema de la existencia de la amenaza, su tipo y, posiblemente, la dirección de la que procede. Con dicha información el sistema alerta a la tripulación pudiendo además llegar a tomar medidas de manera automática como, por ejemplo, el lanzamiento de bengalas (flares) para enfrentar misiles guiados por infrarrojos o el lanzamiento de chaff para los guiados por radar. En ambos casos la idea subyacente es la misma: confundir al misil mostrando multitud de blancos a su sistema de guiado. En el primer caso las bengalas son fuentes de calor que ocultan el rastro dejado por los motores mientras que en el segundo los fragmentos que forman el chaff producen gran cantidad de rebotes que aparecen ante el radar del misil como posibles blancos.

No obstante, lo anterior no es más que una simplificación del DASS que contiene otras funcionalidades de alerta a la tripulación, como la sugerencia de maniobras evasivas por ejemplo, y de despliegue automático de contramedidas tales como el silenciado de las transmisiones por radio de la aeronave.

En definitiva, el DASS es una herramienta muy eficaz para la protección y seguridad de las aeronaves y sus tripulantes cuando éstos deben actuar en entornos hostiles.

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