La industria aeronáutica prevé que se duplique la flota mundial de aviones para el año 2030. Para entonces, casi el 50% de los aeropuertos comerciales estarán operando a 95% o más de su capacidad. Como consecuencia de ello, se espera que se triplique la congestión de los aeropuertos de todo el mundo.
¿Hemos empezado ya a verter el hormigón?
No del todo. A pesar de la riqueza y del empleo que trae consigo la proximidad de un aeropuerto, no es fácil construir – o ampliar – uno. Los aeropuertos alteran profundamente el equilibrio social, económico y ambiental del territorio. Requieren enormes cantidades de terreno. Generan ruido. Colapsan las carreteras de acceso. Dañan la biodiversidad que los rodea. Requieren – generalmente – la inversión de grandes cantidades de dinero del contribuyente. Algunas personas, incluso, argumentan que son innecesarios.
Sin embargo, hay nuevos desarrollos de aeropuertos en todo el mundo.
Los requisitos actuales de ordenación del territorio desplazan el desarrollo aeroportuario lejos de los centros urbanos. En algunos casos extremos los aeropuertos se construyen sobre terrenos ganados al mar. Éste es el caso de Chek Lap Kok, Osaka-Kansai y Nagoya. Como consecuencia de ello, el coste de estos aeropuertos alcanza cifras astronómicas.
Asimismo debemos recordar que en Occidente ha habido muy pocos nuevos aeropuertos. Denver, Montreal-Mirabel, Munich y Madrid-Sur son algunos de los pocos ejemplos. Montreal-Mirabel pronto fue relegado al papel de un aeropuerto de carga; Madrid-Sur fue cerrado, poco después de la apertura, debido a la falta de actividad comercial. En los bosques del sur de Bretaña la construcción del nuevo aeropuerto de Nantes no consigue arrancar. Las terrenos escogidos se han convertido en el campo de batalla de la guerra declarada en su contra por parte de algunos feroces activistas.
Los ejemplos anteriores ilustran lo difícil que es la construcción de un nuevo aeropuerto. Debido a ello, las autoridades aeroportuarias optan a menudo por ampliar la capacidad de los ya existentes. Pero debemos tener cuidado. La construcción de un nuevo terminal o una nueva pista de un aeropuerto existente no es, en ningún caso, ni más fácil ni más barata. La construcción de la Terminal 5 del Aeropuerto de Heathrow se convirtió en un campo de minas. La batalla por la construcción de su tercera pista aún sigue en curso. Estos son dos buenos ejemplos de lo que el proceso de información pública puede generar.
Las regiones globales sólo resistirán la competencia global si se dotan de un sistema de transporte aéreo de alta capacidad. Y esto no es fácil. ¿Está su región preparada para el crecimiento?