En momentos como los actuales donde el sistema económico es el primer factor a determinar en todo cálculo productivo, no viene a menos el interés de estudiar causas y efectos obtenidos en los gastos directos e indirectos dentro de la actividad empresarial en el sector privado. La búsqueda de reducir a su mínima expresión la existencia de esta variable, el gasto, se convierte en la principal tarea del grupo gestor de la empresa. Esta reducción de salientes lleva a recortes en sistemas no productivos, como es el caso de la investigación en productos o en procesos.
La investigación o I + D, no debe tenerse únicamente como un sistema donde se desarrolla la búsqueda de nuevos productos o tecnologías productivas que puedan proporcionar un beneficio mayor dado o procesos productivos o materiales de bajo coste, sino que deben entenderse también aquellos modelos de búsqueda no tecnológicas como son los sistemas de comercialización o el aumento en la cuota de mercado. En 2012, el 20’5 % de la innovación producida en las empresas se habían basado en sistemas no tecnológicos, siendo un 16’9 % para sistemas organizativos (de los cuales un 52 % buscando la respuesta a las necesidades del cliente y un 56’8 % para calidad) y un 11’2 % en sistemas de comercio donde el 48’1 % buscaba un aumento en la cuota de mercado.Dentro de los sectores industriales que más invirtió en sistemas no tecnológicos fue el sector aeronáutico con un 54’4 % del total de inversiones.
Estudiando los sectores productivos y las inversiones realizadas en investigación, se conoce que son las empresas de dedicación productiva en altas o media–alta tecnologías aquellas que más han apostado por el desarrollo y búsqueda de nuevos elementos que ofrezcan competitividad y rentabilidad tanto en la manufactura como en sistemas comerciales y gestores.
El gasto producido en la investigación no sólo debe aplicarse al gasto del producto manufacturado, sino que supone el compendio de otras variables importantes que han de tenerse en cuenta.
Principalmente, ha de atenderse al gasto deducido en el personal necesario para el desarrollo de I + D. Para el año 2012, un 12’1 x 1000 de la población ocupada se dedicaba exclusivamente a I + D.
La obtención de medios por el cual puedan afrontarse las necesidades producidas en la investigación, la financiación, suele provenir mayoritariamente de forma interna de la empresa, aunque las administraciones públicas suelen apostar al respecto y siendo de gran ayuda. En el año 2012, las ayudas obtenidas y la financiación empresarial en el país se dividieron entre las administraciones públicas con el 43’1 %, fondos provenientes del extranjero un 6’6 %, de las enseñanzas superiores un 3’9 % y las instituciones privadas sin ánimo de lucro supusieron u 0’6 %. La financiación a nivel nacional por parte de las empresas supuso el 45’6 % del total, dándose el importante dato de que 80’4 % de la financiación en I + D den el sector privado provenía de forma interna de la misma empresa.
Uno de los principales valores que se suele tener en cuenta a la hora de la investigación en el sector privado es procurar una competitividad comercial para la empresa, capacitando a esta de medios y recursos donde la producción sea efectiva y rentable, aumentando lo máximo posible el dividendo ganancia / gasto. Pero los gastos producidos en la investigación para una empresa supone un esfuerzo que ha de asumir antes de llegar a conclusiones definitivas que le pueda reportar beneficios y por lo cual supone un estudio bastante importante para el grupo gestor de la empresa.
La administración de la empresa ha de plantearse con seriedad la interrogante de ¿hasta dónde anteponer el factor Beneficio al de Investigación?. El porcentaje de beneficios de la empresa es el objetivo principal de su funcionamiento, con lo que el grupo administrador de esta fija los límites de ese porcentaje para determinar la rentabilidad de la producción y procesos. Ese porcentaje ha de disminuirse cuando la empresa toma la decisión de financiar un proyecto de I + D teniendo en cuenta los datos de dónde viene la financiación, en qué porcentaje, cuál es el gasto necesario para ello, rentabilidad.
Fuente de los datos: INE, Instituto Nacional de Estadística