En nuestro sistema solar ha existido hasta hace poco el planeta con la vida más corta jamás conocida en el universo…. Un planeta que apareció y desapareció en solo 76 años.
Bueno… todo depende de con qué criterio de clasificación planetaria se mire. Si tiene más de 30 años recordará que Plutón se convirtió en el noveno planeta de nuestro sistema solar tras ser descubierto en 1930, pero que dejó de serlo cuando en 2006 la Unión Astronómica Internacional le retiró ese título porque no cumplía los requisitos mínimos de planeta. Entonces pasó a ser un objeto más de los miles que orbitan alrededor de nuestra estrella.
Sabemos que existen millones de planetas más allá de nuestro Sistema Solar, pero la tecnología actual no nos permite verificar la existencia más que de unos pocos miles.
De igual forma, también recordará que hasta hace relativamente poco los únicos planetas que existían fuera de nuestro sistema solar eran los de las películas de ciencia ficción.
Oficialmente, la primera confirmación de planeta detectado fuera de nuestro sistema solar fue en 1992 y desde entonces no hemos parado de encontrar más y más exoplanetas hasta la cifra actual de casi 4.000 planetas confirmados y catalogados. Solo desde hace 25 años podemos afirmar con toda seguridad que existen y para ellos se ha acuñado el término de exoplaneta.
En estos 25 años se ha desarrollado una auténtica revolución en el aumento de nuestro conocimiento sobre estos cuerpos celestes. Nuestra avidez por conocer más y más sobre estos planetas es imparable y está alimentada por esa necesidad que tenemos los humanos de ser curiosos, especialmente en todo lo que respecta a encontrar vida fuera de nuestro planeta.
Hay muchas formas de detectar exoplanetas, pero las dos más habituales son métodos indirectos: el método de tránsito, que permite calcular el diámetro del planeta por medio de la disminución de intensidad luminosa de su estrella cuando orbita justo por delante de ella; o el método de velocidad radial, que permite calcular la masa del planeta por medio de la interferencia que produce con la masa de su estrella, ya que debido a su lejanía y falta de luz propia hace poco probable su detección y observación directa.
El método de tránsito requiere que el planeta pase por delante de su estrella y que, por lo tanto, esté alineado con el plano de visión del observador, haciendo que sea indetectable en el 90% de los casos. A pesar de ello, mientras que el método de velocidad radial ha permitido detectar 677 planetas, el método de tránsito ha permitido descubrir 2.951. Pero esto solo quiere decir que hemos dejado de detectar un 90% de planetas por este método y que, por tanto, hay mucho más que buscar.
Precisamente ahora se acaba de anunciar la próxima finalización de una de las herramientas que más registros ha aportado al catálogo de exoplanetas por el momento. Se trata de la misión Kepler (encuadrada dentro del programa Discovery de la NASA), que en 2009 puso en órbita alrededor del Sol el primer satélite con capacidad para la actividad específica de encontrar exoplanetas del tamaño de nuestra Tierra en entornos habitables.
El satélite Kepler se lanzó con una vida de trabajo estimada en 3,5 años y, por tanto, su misión se tendría que haber acabado en 2012. Pero como en casi todas las misiones en las que no se espera recuperar la nave, se decidió seguir con la misma mientras el satélite respondiese, y así ha sido hasta ahora, después de que hayan terminado por fallar dos de sus cuatro giróscopios reactivos y de que se estime que prácticamente se le ha acabado el combustible (pues no… no tiene un medidor de hidrazina remanente).
La primera fase de trabajo nominal de 3,5 años se denomina misión Kepler, pero a partir de entonces se denomina K2. Esta nueva fase se ha abierto en su configuración a la comunidad de observadores, en la que se admiten a estudio todas las propuestas formales que se le haga llegar a la NASA. El séptimo ciclo (posiblemente el último) de la fase K2 se abrirá en apenas una semana (el 16 de agosto de 2018). Así que ya sabe, aún está a tiempo. Si quiere presumir este verano, ¡prepare un proyecto y encuentre su propio exoplaneta!
En el haber de la misión Kepler queda, por ahora, la extraordinaria cifra de 2.327 exoplanetas, 4.500 candidatos a exoplanetas detectados y más de 13 millones de objetos estudiados.
La relevancia de esta misión no es solo la acumulación de datos sobre exoplanetas y la probabilidad de encontrarse en una zona habitable respecto a su estrella (que, por tanto, alimenta la tan buscada posibilidad de que albergue vida), sino que también confirma que en nuestra Vía Láctea hay más planetas que estrellas en una proporción de unos 8 o 10 planetas por estrella y que es bastante probable que en el resto de galaxias del universo con edades similares a la nuestra, dicha proporción sea muy parecida.
Le tendremos que decir adiós a Kepler, pero le decimos hola a TESS – Transitioning Exoplanet Survey Satellite (ya sabe ahora qué metodología de trabajo principal va a usar este satélite para descubrir exoplanetas).
TESS es el siguiente paso adelante en la identificación y clasificación de exoplanetas. Acaba de ser lanzado en abril de este año en un cohete Falcon 9 de Space X, que lo inyectará en una órbita terrestre de gran estabilidad para ahorrar en combustible y tendrá una duración nominal de dos años, aunque es probable que pueda durar hasta diez.
TESS cubrirá una zona 400 veces mayor que la de Kepler y equivalente al 85% del espacio visible desde la Tierra, controlando unas 200.000 estrellas en las que se espera encontrar aproximadamente 20.000 nuevos exoplanetas para sumar a los casi 4.000 ya conocidos.
Esperaremos a ver qué nos trae TESS y, mientras tanto, podemos deleitarnos con exoplanetas de características tan curiosas como:
Proxima b. Es el exoplaneta con más “seguidores” sociales. Por estar a “solo” 4 años luz y dentro de la zona habitable de su estrella, se ha convertido sin quererlo en otra estrella de los medios.
2Mass J2126. Su estrella está a más de 7.000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol, convirtiéndolo en el sistema solar más extenso conocido.
J1407b. Tiene un anillo parecido al de Saturno, pero 200 veces más grande.
Wasp 12b. Este exoplaneta está tan cerca de su estrella que tiene una órbita de poco más de un día. Debido a la gravedad y aceleraciones ejercidas por esta proximidad tiene una forma oblonga en lugar de esférica y está siendo devorada poco a poco por su estrella.
Kepler 16b. Es un planeta que orbita alrededor de dos estrellas que orbitan una alrededor de la otra (sistema de estrellas binarias).
PSR B 1620-26b. Es el planeta más viejo conocido con una edad cercana a casi 13 mil millones de años (el universo tiene 13,8 mil millones de años) y además orbita alrededor de una enana blanca y de un pulsar.