Ana Laverón es Catedrática de Vehículos Espaciales de la ETSIAE (Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos y del Espacio de la Universidad Politécnica de Madrid) y Directora de E-USOC, Centro de Operaciones y Soporte a Usuarios español, de la Agencia Espacial Europea (ESA).
«La Estación Espacial Internacional es un elemento fundamental para la investigación de los efectos de la microgravedad y la radiación espacial en las personas, organismos vivos y en los sistemas espaciales, por lo que pienso que seguirá operativa mucho tiempo más.»
Desde el año 2006 dirige el E-USOC, el Centro de Operaciones y Soporte a Usuarios español de la Agencia Espacial Europea. ¿Hacia dónde se han dirigido sus investigaciones estos años? ¿En qué proyectos se encuentran trabajando actualmente?
En el grupo tenemos varias líneas de investigación, una muy asentada sobre estabilidad de interfaces libres fluidas, dentro de la que hemos podido hacer recientemente un experimento en una campaña de vuelos parabólicos para estudiar cómo orientar la interfaz líquido/gas aplicando vibraciones. Actualmente estamos analizado los resultados obtenidos. Además, en esta misma línea, estamos colaborando con otros grupos europeos para estudiar diversas inestabilidades de la dinámica de superficies fluidas sometidas a vibraciones. Otra línea en la que estamos trabajando en los últimos años, es en el control de actitud de satélites mediante lógica difusa, que es un tipo de control que todavía no se usa en misiones espaciales, pero que sí se utiliza para control de dispositivos sencillos en tierra. Una tercera línea importante en el estudio de la aplicación de los materiales de cambio de fase en condiciones de microgravedad para el control térmico de satélites. Recientemente hicimos unos experimentos en una campaña de vuelos parabólicos sobre este tema, y ahora estamos analizando los resultados, y estudiando configuraciones más complejas.
Además de todo lo anterior, en los últimos 10 años hemos operado 13 experimentos de física de fluidos y de solidificación de aleaciones metálicas en la Estación Espacial Internacional. De ellos, 7 han sido operados en colaboración con la NASA, dentro de su laboratorio Microgravity Science Glovebox (MSG). El resto en laboratorios de la ESA en Columbus.
La investigación española en el campo aeroespacial sigue contribuyendo, y mucho, a proyectos de nivel internacional, a pesar de la falta de recursos para la I+D+i…
El nivel de los profesionales e investigadores españoles en el área aeroespacial es muy alto, gracias a lo que tenemos una excelente reputación que nos permite seguir trabajando en proyectos internacionales.
En particular en el área de Espacio, tenemos la suerte de poder colaborar con muchos grupos internacionales a través de la Agencia Espacial Europea (ESA). La existencia de la ESA y la participación española en sus programas nos abre enormes posibilidades de colaboración. Pero es necesario incrementar la inversión en sus programas, ya que hay mucho potencial que no se está aprovechando.
Además, es necesario que se aumente la inversión en investigación a través del Plan Nacional, que ha sufrido unos recortes brutales desde el inicio de la crisis. Los grupos científicos estamos en una clara desventaja en comparación con el nivel de recursos que tienen nuestros colegas europeos. Hasta ahora se ha hecho un esfuerzo enorme por mantener las líneas de investigación activas, pero no se podrán mantener los resultados si no se revierte la situación.
España cada vez tiene más peso en el sector espacial. ¿Cree necesaria la creación en un futuro de una Agencia Espacial española?
Sin duda alguna. España tiene un peso en el sector espacial europeo que hace imprescindible que se cree un Agencia Espacial española que defienda los intereses del sector español frente al del resto de los países que sí cuentan con una Agencia Espacial. Es necesario tener políticas claras y sostenidas en el tiempo, y para ello es necesario un organismo de este tipo.
Llevamos tiempo oyendo que se va a crear, pero no llega nunca, y cada vez es más necesaria, porque este es un sector en clara expansión.
La ETSIAE es uno de los mejores centros universitarios para la formación de ingenieros aeroespaciales de Europa, con gran proyección en un sector que demanda cada vez más este tipo de perfiles. ¿Qué diferencia a un ingeniero aeroespacial formado en la ETSIAE del resto de Universidades?
En la ETSIAE siempre ha habido un mayor rigor académico y de formación en fundamentos que en la mayoría del resto de universidades europeas del sector. Este mayor rigor teórico hace que los ingenieros que salen de la ETSIAE sean capaces de afrontar mejor problemas nuevos con garantías de éxito. Además este dominio de los fundamentos, hace posible una mayor innovación.
Usted se convirtió en 2009 en la primera mujer en acceder a una Cátedra en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio, lo que supuso todo un hito. El desequilibrio de género es tristemente habitual, especialmente en las carreras de ingeniería. ¿Ha visto crecer el número de alumnas en sus aulas en estos años? ¿Qué le aconseja a las jóvenes que quieren iniciarse en este tipo de estudios?
Si, desde que yo entré en la escuela hasta hoy ha aumentado el número de alumnas, pero creo que el aumento es mucho menor del que debería haber habido. El porcentaje de alumnas en la escuela es del orden del 20%, lo que es claramente insuficiente, porque indica que se está perdiendo una gran cantidad de talento femenino.
Yo animo a las jóvenes que tienen interés por este área a que no se dejen influir por las estadísticas, y que hagan lo que realmente les guste. Son tan capaces como sus compañeros de conseguir éxito en la ingeniería.
Pero, lo que creo es que es necesario transmitir un mensaje de igualdad desde el inicio de la formación escolar, y hay que hace un enorme esfuerzo por acabar con los mensajes machistas que hay en la publicidad. Sin eso, el cambio será muy difícil.
También ha liderado con éxito varias investigaciones y experimentos para la Estación Espacial Internacional, que es el mejor ejemplo de la cooperación internacional en el ámbito del espacio, y que de momento seguirá funcionando hasta 2024. ¿Cuál cree que será su futuro a partir de esa fecha? ¿Cómo podría afectar a la ciencia aeroespacial su hipotética desaparición?
El tiempo de vida de la Estación Espacial Internacional se ha prolongando en numerosas ocasiones a lo largo de estos años, lo que significa que se le ha ido haciendo el mantenimiento necesario para que pudiera seguir estando operativa. Este mantenimiento ha incluído cambios significativos en la Estación.
Pienso que, hoy por hoy, la Estación es un elemento fundamental para la investigación de los efectos de la microgravedad y la radiación espacial en las personas, organismos vivos y en los sistemas espaciales, por lo que pienso que seguirá operativa mucho tiempo más. En algún momento dejará de usarse la Estación como laboratorio científico espacial, pero espero que sea porque se ha identificado otro sistema capaz de sustituirlo. Estoy convencida de que no se desmantelará la Estación hasta que no se haya puesto en marcha un sistema capaz de cubrir las necesidades de I+D+i que ofrece.