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Motores eléctricos, la nueva tendencia aeronáutica

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Manuel Castellanos

AERTEC / Aerospace Industry

 

Los motores eléctricos, que irrumpieron en un sector de constante innovación como el de la aviación hace ya varios años, han logrado ser materia de atención en los últimos meses. El mundo aeronáutico estudia la posibilidad de ofrecer una interesante alternativa para los vuelos cortos con el uso de motores eléctricos en los aviones, asunto que propiciaría que fueran más económicos y eficientes que los modelos convencionales.

Puede quedar más o menos tiempo, pero de lo que no cabe duda es que el camino ya se ha iniciado y la propulsión eléctrica de las aeronaves entrará en nuestras vidas próximamente.

Hoy día existe una auténtica carrera por ser los primeros en ofrecer sus soluciones en este campo. La compañía Zunum Aero, una startup fundada en 2013 y ya conocida como la “Tesla de la aviación”, pretende lanzar su primera línea de aviones eléctricos en 2020. Su intención es la de hacer vuelos cortos con capacidad de entre 10 y 50 personas y en torno a unos 1000 Km de distancia, esperando incrementar las prestaciones con el paso de los años y mejoras tecnológicas. De momento, esta compañía pretende utilizar aviones híbridos, es decir, usará motores de combustión conjuntamente con eléctricos para extender la autonomía en los trayectos. Es algo parecido al prototipo 330LE de Siemmens, que en cooperación con Airbus, también hace uso de motores híbridos de forma similar a lo que ya estamos viviendo en el sector de la automoción.

Los estudios estadísticos realizados indican que el 95% de los desplazamientos menores de 700 Km se hace en coche. Para trayectos entre 800 y 1200 Km la tasa desciende al 61%, y entre los 1200 y 1600 Km se alcanza el 50%. Por consiguiente, parece lógico pensar que una parte de estas proporciones podría ser absorbida por aviones impulsados con electricidad, siempre y cuando su precio sea competitivo. El mayor inconveniente es el de siempre, una de las mayores asignaturas pendientes de la ingeniería, las baterías, que aún no cumplen con las capacidades que permitan ofrecen prestaciones equiparables a los aviones comerciales en la actualidad. A pesar de estas dificultades, Boeing y JetBlue ya han invertido en los programas de Zunum, con el objetivo de seguir de cerca el desarrollo de estos motores. Otra compañía con un proyecto similar es Wright Electric, que junto con la colaboración de Easyjet pretende poner en marcha vuelos comerciales con aviones eléctricos en los próximos 10 años y tratar de competir en el segmento de los 737 de Boeing y los A320 de Airbus, los aviones comerciales más vendidos.

El mundo aeronáutico ya fue sorprendido por el Solar Impulse II, que logró dar la vuelta al mundo sin emisiones haciendo uso de los 17.000 paneles solares con los que estaba dotado para recargar sus baterías de energía limpia y éstas, a su vez, alimentar a varios motores eléctricos. Cierto es que lo hizo con un único tripulante, que tardó mucho más de lo que tardarían aviones comerciales y que su capacidad no es, en absoluto, comparable con éstos, pero ha abierto los sentidos a muchos innovadores y bien podría ser el comienzo de una nueva tendencia aeronáutica. Asimismo, AIRBUS pretende también comercializar su primer avión eléctrico este mismo año, el E-Fan 2.0, un biplaza eléctrico que se destinará, en principio, al entrenamiento de pilotos. El prototipo de este modelo cruzó con éxito el Canal de la Mancha, si bien la compañía decidió no seguir desarrollándolo comercialmente.

La propulsión eléctrica también ha llegado a las series de aviones experimentales estadounidenses, algunos diseñados por la NASA, como por ejemplo el X-57 Maxwell, y otros proyectados por DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, por sus siglas en inglés) con programas como el de la creación del XV-24A Lightning Strike.

Lo que sí está claro es que estamos inmersos en una nueva era aeronáutica donde el uso de motores eléctricos parece ser el pilar fundamental de una línea específica de desarrollos. El caso más evidente son los drones. Empresas como XTI Aircraft Company están interesadas en la puesta en marcha de proyectos sobre la creación de aviones eléctricos con capacidad de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) para el transporte de personas. De hecho, la compañía alemana E-Volo ya tiene su prototipo testado, el Volocopter VC200, considerado como un helicóptero eléctrico de múltiples rotores o “multicóptero”. En el aire, los 18 rotores del Volocopter VC200 garantizan una gran estabilidad, aunque no sea capaz de volar a gran velocidad, de momento. Todo apunta a que a partir de 2018 prestarán servicio en Dubai para la movilidad urbana. Pero hay más proyectos orientados a objetivos similares. También desde Alemania se busca la comercialización en 2018 del Lilium Jet en colaboración con la Agencia Espacial Europea. E incluso, desde Suiza se propone un proyecto experimental llamado H55 que ha desarrollado la aeronave aEro1, que también utiliza tecnología de propulsión eléctrica para desplazarse.

Desde luego lo ideal sería, sin duda, que pudiéramos disfrutar de este tipo de transporte en nuestro día a día, si el precio no fuera un problema. No olvidemos mencionar finalmente la legislación para este tipo de vehículos, por desarrollar y que impondría necesariamente serias limitaciones debido a circunstancias relacionadas con la seguridad.

Puede quedar más o menos tiempo, pero de lo que no cabe duda es que el camino ya se ha iniciado y la propulsión eléctrica de las aeronaves entrará en nuestras vidas próximamente.

 

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