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Entrevista a Sergio da Cunha Oliveira, PEMAS

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Sergio da Cunha Oliveira es el Director General Ejecutivo de PEMAS, la Asociación Portuguesa del Sector Aeroespacial.

Gracias al agrupamiento en clusters, más empresas pueden crecer gracias a las relaciones simbióticas que se crean entre ellas.

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Dentro de unos meses PEMAS celebrará su décimo aniversario. ¿Cómo ha cambiado el sector aeroespacial en Portugal durante la última década?

Durante la última década se han producido cambios considerables en el sector aeroespacial en Portugal, cambios que, según considera PEMAS, han tenido un importante impacto en la economía nacional.

Portugal ha sufrido una evolución desde un escenario en el que la mayor parte de la actividad aeroespacial estaba basada en operaciones de mantenimiento y reparaciones (MRO) o en operaciones de aeronaves hasta convertirse en un importante actor en el área de la fabricación gracias al suministro de piezas complejas y subconjuntos.

La industria local –aunque ya contaba con varios contactos comerciales «punto a punto» con distintos actores internacionales– empezó a desarrollar, a través de proyectos colaborativos, un modus operandi basado en añadir valor a la oferta de la industria local y en presentarse como un único proveedor agrupado.

Sin duda alguna, entre las principales influencias positivas destacan las recientes inversiones de Embraer en Portugal, que han permitido a la industria nacional disfrutar de los beneficios derivados de que las operaciones de un fabricante de equipo original (OEM) se desarrollen en Portugal, con dos plantas que operan como proveedores de nivel 1.

Las políticas públicas que definen el sector aeroespacial como factor estratégico para el desarrollo económico, junto con el cambio de mentalidad, también han permitido la aparición de empresas más jóvenes e innovadoras, que han contribuido con fuerza al florecimiento del sector en los últimos años.

Nos gusta pensar que PEMAS también ha contribuido a este proceso –dado que ahora representa a la mayor parte del sector– gracias a sus esfuerzos por fomentar el desarrollo de proyectos internacionales colaborativos, promocionar al sector a escala internacional y aportarle una muy necesaria visibilidad.

 

Las pequeñas y medianas empresas desempeñan un importante papel en la industria aeroespacial. ¿Cuáles serán los principales retos a los que se enfrentarán en el sector en el futuro próximo? ¿Por qué es la cultura de clúster tan importante?

Existen numerosas pruebas de que las PYMES dinámicas generan innovación e ideas originales. Se sabe que la innovación es esencial para el sector aeroespacial y, por consiguiente, las PYMES siempre desempeñarán una función clave en la cadena de valor del sector aeroespacial.

El futuro de las PYMES (así como el de todo el sector) dará lugar a algunos cambios en el statu quo. Los pedidos atrasados y las previsiones de crecimiento del sector indican que la cadena de suministro deberá adaptarse para poder hacer frente al crecimiento previsto.

Por otra parte, con el propósito de externalizar piezas y procesos que hasta ahora se realizaban internamente, los OEM y los grandes proveedores de nivel 1 llevan un tiempo lanzando el mensaje de que la cadena de suministro tiene que absorber más responsabilidad y, por tanto, más riesgos.

En este contexto, la cadena de suministro está optando, en muchos casos, por una de estas tres vías: fusionarse con empresas de mayor tamaño, agruparse en un clúster o desaparecer. Aunque evidentemente esta visión es extrema, los actores de la cadena de suministro –y las PYMES en particular– tienen que tomarse este reto muy en serio y encontrar el mejor modo de mantener la eficiencia y la competitividad como una parte esencial de su ADN.

El efecto clúster de las PYMES es el equivalente industrial a un banco de peces en el océano: mantenerse juntos, actuar juntos, parecer mayores, nadar más rápido y aumentar la tasa de supervivencia.

Gracias a este agrupamiento, más empresas pueden crecer gracias a las relaciones simbióticas que se crean y que a menudo tienen varias externalidades imprevistas, lo que favorece a todo el entorno y no solo a las entidades implicadas de forma directa en el clúster. Debido a estas ventajas y a otros posibles efectos indirectos, es probable que la organización de las empresas en clúster sea la mejor manera de funcionar.

 

Las estructuras, los materiales y la producción representan un muy importante porcentaje de la actividad aeroespacial en Portugal. ¿En qué otras capacidades fundamentales se prevé un crecimiento?

Como ya he mencionado, por su tamaño y por el consiguiente tamaño de su industria, Portugal debe ocupar la posición de proveedor de nicho. Las empresas portuguesas tienen la oportunidad de explorar las ventajas de su tamaño relativo, y lo están haciendo, teniendo en cuenta que, al compararlas con el panorama mundial, son relativamente pequeñas.

Son empresas dinámicas, innovadoras, proactivas, orientadas al cliente, con un alto nivel tecnológico y que mantienen una estrecha relación con centros de I+D y con otros centros de conocimiento (universidades, centros tecnológicos, institutos de investigación, etc.). Al combinar todos estos aspectos se consiguen abrir nuevas puertas a nuevos negocios.

Recientemente se ha producido un crecimiento de la actividad en áreas como los sistemas integrados, las soluciones de control de la salud estructural y de materiales inteligentes avanzados, materiales compuestos y procesos de fabricación innovadores, soluciones de diseño interior de aeronaves que han ganado premios (Crystal Cabin Award), el desarrollo de sistemas y el diseño y la fabricación de UAV. Y en todas estas áreas se están logrando muy buenos resultados.

Creemos que, a medida que vaya evolucionando el clúster, las empresas nos irán sorprendiendo con más aportaciones al sector.

 

Andalucía y Portugal están muy cerca, aunque quizá sigan estando demasiado lejos para la cooperación aeroespacial. ¿Qué opina usted al respecto?

Aunque PEMAS mantiene una relación duradera con Andalucía –desde antes de la creación de la Fundación Hélice y de Aerópolis–, creemos que siempre habrá cosas por hacer y margen de mejora.

La evidente proximidad y los aspectos fundamentales de desarrollo de la industria aeroespacial a ambos lados de la frontera constituyen un elemento importante a favor de una mayor cooperación y un mayor desarrollo comercial. Animar a las empresas a establecer relaciones siempre es difícil al principio, aunque una forma de hacerlo es participar en proyectos de desarrollo.

En los últimos años, la mayor participación de las empresas portuguesas en proyectos internacionales de desarrollo les ha permitido establecer varias relaciones comerciales gracias a la creación de consorcios tras la finalización de los proyectos que les permitieron conocerse.

La constante coordinación en las políticas de ayuda regional y en los planes de financiación seguirá contribuyendo a facilitar los procesos y a fomentar la colaboración entre entidades portuguesas y españolas.

 

Más de 100 empresas con un volumen de negocio de 1.720 millones de euros forman el sector aeroespacial y de defensa en Portugal y dan trabajo a aproximadamente 20.000 personas en todo el país. ¿Cómo pueden mejorarse las políticas aeroespaciales?

No se sabe con certeza si el tamaño del clúster experimentará un crecimiento considerable en el número de miembros durante los próximos años. Lo que sí que creemos es que estamos a punto de alcanzar la masa crítica de entidades activas en este sector, aunque aún estamos lejos de llegar a maximizar la eficiencia del clúster y aún se puede hacer más con las competencias ya instaladas.

Las políticas públicas también pueden cambiar las reglas del juego en este proceso. La evolución de determinadas situaciones, como la definición estratégica de las áreas competitivas y la definición de un programa de ayuda a largo plazo centrado en el desarrollo de productos y en la consecución de resultados concretos podrá, con casi absoluta certeza, cambiar el estatus actual.

Hasta el momento, los programas de financiación y de ayuda –en su mayoría basados en modelos de ayuda europea– eran lo suficientemente genéricos como para incluir cualquier área industrial, pero la falta de un enfoque estratégico a largo plazo (y probablemente también la falta de “campeones” industriales aeroespaciales) no ha inspirado a las empresas a “remar” en una única dirección a sabiendas de que la “meta” estaría más o menos en una dirección concreta.

Dejando a un lado las analogías con el remo, las políticas que al final podrían influir en el mercado aeroespacial en Portugal deben estar alineadas con los ritmos y los tiempos de este mercado: procesos de desarrollo y tiempos de llegada al mercado de larga duración, barreras legislativas ante la introducción de nuevas ideas y/o productos, esfuerzos comerciales conjuntos para presentar propuestas a los OEM y a los grandes proveedores de nivel 1 y una cadena de valor internacional muy consolidada.

No hay que malinterpretar lo que digo; si algún actor quiere entrar en el mercado, ahora es el momento de hacerlo. Las cadenas de suministro están explotando y será necesario replantearlas. La demanda de nuevos aviones se duplica cada década y no hay indicio alguno de ralentización.

Portugal ya ha encontrado su lugar en el sector aeroespacial; ahora, tenemos que continuar trabajando y conjugando esfuerzos para demostrar nuestro valor. Porque sabemos que nuestros actores valen mucho.

 

PEMAS, junto con la Asociación Nacional del Sector de la Defensa (DANOTEC) y la Asociación Portuguesa del Sector Espacial, han creado AED Portugal como un “superclúster” nacional. Quizá esta clase de colaboración aumente la competitividad de la cultura de clúster en el futuro, ¿no le parece?

Para nosotros, la creación de AED Portugal fue un paso natural y lógico.

La conjunción de los esfuerzos en una única entidad constituyó la continuidad natural de lo que hacíamos, tanto desde la perspectiva de nuestra cooperación de larga duración con DANOTEC (Asociación del Sector de la Defensa) y PROESPAÇO (Asociación del Sector Espacial), como desde el punto de vista de las múltiples aplicaciones transectoriales dentro de las competencias de las empresas.

Al establecer estas conexiones, contamos con la clara e incuestionable ventaja de aumentar las cifras gracias a la ampliación del campo de acción. El hecho de ser más empresas implica más visibilidad y mayor representación ante los responsables de la toma de decisiones en las políticas públicas. Y más empresas y un mayor campo de acción permiten a su vez una mayor cooperación en los proyectos. Desde el punto de vista tecnológico, hay varias áreas que son transversales a los sectores aeroespacial, espacial y de defensa. La proliferación de tecnologías de doble uso reduce la aplicación de barreras entre lo civil y lo que solía estar exclusivamente relacionado con la defensa y la seguridad y, por consiguiente, las similitudes entre estos sectores están lo suficientemente consolidadas como para que nos permitan superar las diferencias que los separan.

La lógica subyacente que valida la asociación de tipo clúster y sus beneficios era y sigue siendo aplicable a la formación de AED Portugal: la creación de una red colaborativa más amplia que sea capaz de encontrar en sus intereses comunes formas de crear valor para todos.

 

 

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