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La importancia de los procesos de integración

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Raul Morcillo

PHILOTECH Ibérica

 

En el proceso de creación de un producto, existen determinados pasos y equipos de trabajo propios de esa industria concreta, mientras que otros pueden extrapolarse a cualquier ámbito, por supuesto añadiendo los matices que hagan aplicable a ese contexto los trabajos que se realizan.

Pongamos algunos ejemplos de la primera idea: No es lo mismo un área de una empresa que investigue sobre los efectos químicos de un compuesto de una pasta dentífrica, que un departamento que diseñe la forma y tamaño de las alas de un avión comercial. No es lo mismo un equipo de personas que desarrolle el código de la última aplicación para smartphones, que otro que haga envases para productos de uso cotidiano. La idea detrás de esto es que, obviamente, en cada industria particular existe un trabajo determinado sobre los productos que entran en juego. Y como tal, existen departamentos, organizaciones y personas que a tal efecto trabajan con ese objetivo en mente: Hacer la pasta anti-caries más eficiente del mercado; hacer las alas que permitan gastar menos combustible y cuesten menos de producir; hacer atrayente para el usuario una aplicación, y que funcione sin errores; o hacer envases óptimos, en términos de tamaño y capacidad, y duraderos sin que dañen el producto. En resumen, se trata de trabajar para tu producto, el de tu empresa y tu sector.

Sin embargo, en ese flujo continuo y específico entre idear un producto y tenerlo en el mercado, hay tareas comunes a todas las empresas, con sus matices, por supuesto. En una primera pensada, seguro que nos viene a la cabeza el área de marketing o la de ventas. Todas las empresas que comercializan productos –y entiéndase producto como un equivalente también de servicio-, tienen esas áreas de manera común y similar. Pero si preguntamos a cien personas, seguro que sólo una o dos a lo sumo hablarían de la integración.

¿Qué queremos decir con integración? Volviendo a las analogías que comentábamos anteriormente: Hay un equipo que piensa en cómo meter esa pasta dentífrica en un envase, prueba distintas soluciones, distintos compuestos; hay un departamento que literalmente recibe el ala que se ha diseñado, se ensambla en el avión, le hace pruebas, le da vida junto al resto de sistemas de la aeronave; existe un equipo que instala la aplicación en varios smartphones, la utiliza junto con el resto de funciones del teléfono en el día a día; o hay un grupo de personas que cogen varios de esos envases que hemos diseñado y meten distintos productos, a distintas temperaturas, para observar lo que les sucede a lo largo del tiempo. Esos departamentos son tan comunes como el de marketing y ventas, aunque muchas personas no piensen en ello. Son esas personas que tratan con los productos antes de que salgan al mercado; que plantean nuevos retos al trabajo de otros departamentos, con vistas a mejorar el producto y evitar eventualidades cuando esté en el mercado; que prueban cómo se hablan los distintos sistemas de un dispositivo con esa aplicación que alguien acaba de hacer…

Resumiendo: Ponen en un entorno real, pero controlado, tu producto o servicio, dándote realimentación sobre su funcionamiento y sugieren mejoras. Podría parecer la típica prueba ciega, pero va más allá, ya que el equipo de integración tiene que entender tu sistema cómo tú mismo lo has hecho previamente. Pero ha de conocer, además, el resto de elementos involucrados en el producto. Una visión global y multidisciplinar, pero a la vez muy consciente de las posibilidades que existen dentro de la organización.

La labor del equipo de integración puede traducirse en un impacto económico positivo para la empresa, ya sea por parar un producto fallido antes de estar en el mercado, por mejorar algún punto de un sistema, por minimizar el número de pruebas a realizar para un sistema aislado al integrar varios y por la propia mejora de calidad de los sistemas con las pruebas. Hacen un producto mejor, más viable y más orientado al usuario.

Volvamos, por último, a esa pregunta que pedíamos que se hiciera a cien personas, pero reformulándola. ¿Cuántas veces hemos dicho “pero es que nadie ha probado esto”? ¿Cuántas “pero es que no se han dado cuenta de aquello” antes de vender este producto? ¿Cuántas “no puede ser que esto esté tan mal pensado”? Pues bien, la respuesta a todas estas preguntas está en el equipo de integración, de procesos, sistemas, o como se quiera llamar, pero de integración. Probablemente esas empresas que no han dado la suficiente importancia a este equipo lo terminen pagando con peores productos y servicios. Y todos sabemos a qué equivale eso.

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