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La industria aeroespacial británica tras el Brexit

Barry Warburton

Barry Warburton

Invest Bristol & Bath / Aerospace and Advanced Engineering Sector Specialist

 

Durante el salón aeronáutico internacional de Farnborough toda la atención se centró en el efecto que las noticias relativas al Brexit podían tener sobre los pedidos procedentes de otros países. Todo ello, en medio del reconocimiento de la industria aeroespacial del Reino Unido como la segunda más grande del mundo, tan solo por detrás de los Estados Unidos, tanto en términos de tamaño del clúster como de volumen de fabricación, y en particular de la región del Sudoeste del Reino Unido por su gran relevancia en el ámbito de la ingeniería.

Necesitamos seguir demostrando la naturaleza colaborativa de la comunidad empresarial del Reino Unido.

Pese a que la lluvia interrumpió el programa más de una vez, la edición de 2016 del salón aeronáutico internacional de Farnborough logró capear el temporal muy airosamente y cosechó un éxito increíble, con pedidos confirmados de aeronaves, opciones, motores y elementos de la cadena de suministro por un importe total de 124.000 millones de dólares, y con el 70 % de los pedidos procedentes de fuera del Reino Unido.

Las empresas con las que hablé en el salón tenían previsiones positivas también a largo plazo, mientras que dos intermediarios, cuya función consiste en identificar oportunidades potenciales para la inversión extranjera directa en el Reino Unido, me comentaron que desde el Brexit habían observado un aumento de peticiones para evaluar posibilidades de inversión en el Reino Unido.

¿Por qué pasa esto y cómo podemos mantenerlo y potenciarlo? Las claves del éxito de la región del Sudoeste son la diversidad, la competencia técnica y una disponibilidad de talento sin parangón en todo el mundo. Veamos la composición del clúster aeroespacial: tenemos el National Composite Centre, especializado en el ámbito de las tecnologías de materiales compuestos, que puede diseñar y fabricar con rapidez materiales ligeros y resistentes a la vanguardia de la técnica y contribuir así a ampliar los límites de lo que una aeronave puede hacer; CFMS (Centre for Modelling & Simulation), los expertos en modelado y simulación por ordenador, que pueden ayudar a diseñar aviones nuevos y sofisticados; el túnel de viento en circuito cerrado de baja velocidad de Airbus, que se usa para todo lo que va desde el desarrollo de productos aeronáuticos para el mundo real hasta aplicaciones aerodinámicas para la Fórmula 1; el Bristol Robotics Lab, que se especializa en los sistemas autónomos y robotizados; y, también procedentes de Bristol y Bath, los avances más recientes en la tecnología de realidad virtual (RV), que permiten completar virtualmente tanto la formación como los ensayos en un entorno seguro y muy eficaz desde el punto de vista de los costes (y que no altera la actividad normal de una aerolínea).

Así pues, no es extraño que todos y cada uno de los 15 gigantes del sector aeroespacial internacional, incluidos Airbus, GKN Aerospace y Rolls Royce, desarrollen parte de sus actividades en la región de Bristol y Bath. Por otra parte, este enfoque centrado en un nivel puntero de la investigación y el desarrollo no muestra indicios de ralentización. Fijémonos, p. ej., en Airbus, que está construyendo en la zona una sala de RV y un centro de alta tecnología para el desarrollo de alas. La suma de todo ello da lugar a una verdadera potencia aeroespacial, la mayor de Europa, con 59 000 puestos de trabajo para mano de obra cualificada y un valor superior a los 7000 millones de libras.

Entonces, ¿qué tenemos que hacer para que este éxito siga aumentando después del Brexit? Lo que hemos hecho siempre, es decir, innovar a lo largo de toda la cadena de suministro del sector aeroespacial, unir todas esas empresas en una red que proporcione una ingeniería de nivel excelente y seguir creciendo sobre esta base. Para lograr el éxito no basta con pensar solamente en el producto final o en los distintos elementos, sino que también debemos tomar en consideración lo que la región del Sudoeste ofrece a lo largo de toda la cadena de producción.

A fin de ayudar a que esta misión conserve su papel pionero, las industrias locales y el sector público han puesto en marcha iAero, un esquema de colaboración entre los principales agentes del sector aeroespacial en la región para formar una plataforma regional de innovación y crecimiento. Fuera del Reino Unido no existen iniciativas equivalentes a iAero, concebido para abordar de manera interconectada todo lo relativo a innovación, I+D, competencias y desarrollo de la cadena de suministro. El Sudoeste va por delante en iniciativas como esta, formas de cooperación que necesitamos tomar como base para garantizar el éxito de un planteamiento estratégico a largo plazo destinado a desarrollar las capacidades del sector aeroespacial del Sudoeste.

También necesitamos sacar partido del hecho de que el Brexit tiene el potencial de abrir nuevos mercados no sujetos a las restricciones de los acuerdos de la UE. La industria aeroespacial siempre ha sido global, por lo que es importante que nos fijemos en el escenario mundial y que nos centremos en suministrar soluciones impulsadas por la tecnología que puedan resolver los desafíos a los que se enfrentarán las aeronaves del futuro.

El salón aeronáutico internacional de Farnborough es un anuncio extraordinario para la industria aeroespacial del Reino Unido. Ahora necesitamos seguir demostrando la naturaleza colaborativa de la comunidad empresarial de la región, en la que sectores interconectados colaboran para desarrollar innovaciones, abrir oportunidades en mercados nuevos y continuar atrayendo inversores que presten sus servicios en el mercado global pero que hagan sus negocios desde el Reino Unido. Es una oportunidad que no podemos permitirnos desperdiciar y que el Brexit no debería impedir.

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